Ok. Las instrucciones del juego: yo finjo como que no llevo dos semanas sin actualizar y tú finges como que las cuatro chorradas que voy a poner te interesan de verdad de la buena... y pasamos por alto lo de que voy a hablar de lo que hice la semana pasada en las Fiestas de Primavera...
¿O es que te crees que si de verdad me pasaran cosas destacables de contínuo estaría el blog en el estado en el que se encuentra?
Recapitulemos.

El lunes pasado, en plena fiebre pre-Bando, quedamos a festejar el regreso de
R. de su estancia en tierras
escondinabas. Y qué mejor que salir de tapeo, que el pobre estaba con morriña de marineras, patatas con ajo, tigres y demás ex-qui-si-te-ces-de-li-cio-sas de barra. Así que nos juntamos
El Sr. Escriba,
HM,
Shepperdsen,
Piko Grylls,
El Bello R. y una invitada suya traída del más allá... de la cuenca del
Segura, el
Hada Oscura que, junto con sus tetas, que son grandes, fueron toda una sorpresa esa noche.
Después de meternos entre pecho y espalda
nosecuantas tapas con sus consabidas jarras de cerveza, y en plena fase de exaltación de la amistad, tras haber desnudado con los ojos al camarero que nos invitó a unos chupitos
(chuponazos que te íbamos a hacer todos en el cuello, maricón), decidimos cambiar de bar. Mientras unos decían que más valía seguir de cervezas, aquí el
escondinabo de adopción que se ha vuelto un bebedor con
socialité,
nos llevó arrastrando de los pelos del moño nos hizo decantarnos por degustar una selección de cócteles
(molotov para algunos como luego se vio), no sin antes pasar por una de las barracas que hay pululando por estas fechas en la capital del
Planeta Murciano y endiñarnos unos
cafeses de olla acompañados con su pertinaz bandeja de paparajotes. 
Porque la noche fue larga. Tan larga como para que algunos se perdieran en el
Backus mientras íbamos al
Pura Vida e incluso ligaran. Tan larga como para pedirme tres tipos diferentes de margaritas, y realizar un concurso a ver quién de todos los
marigays tenía el mejor culo y, si el alcohol no me nubla el
sentío noche creo que quedé en un primer puesto, o a lo sumo en un honroso segundo lugar, como buena
Miss Simpatía que soy.
Fundido en negro.Al día siguiente,
Mi Santo, para celebrar su cumpleaños, decidió vomitar tantas veces como años debía festejar, así que no hubo
Bando de la Huerta para nosotros dos esa mañana. Acerqué al centro a nuestros dos invitados y por la tarde, después de estar algo más recuperados, nos unimos al resto con nuestras mejores vestimentas: una faldapantalón blanca que deja un fácil acceso a la piernaca
(y lo que no es piernaca) acompañada de unas medias de rejilla blancas. Y el que diga que el traje de güertano no tiene un punto travesti, miente.
En una de las travesías de la zona de la universidad nos encontramos con
Meg y su
osako, con los que nos hicimos el siguiente retrato, tal que así:

Y después nos acercamos a la barra del
LOA, donde me encontré a media plana de mi trabajo... A ver si le terminamos sacando descuento de empleado para las copas a
Recursos Humanos, aunque no los veo por la labor.
¿Y qué es lo que pasa en estos días? Pues que como vayas a mear una vez, no puedes dejar de ir cada cinco minutos.
Entotá, que enganché a
HM y nos fuimos a una esquina a vaciar la vejiga, pasando a la vuelta por un coche donde dos tíos estaban en plan cariñoso; a lo que no se me ocurre nada más que hacerles un gesto de colega y decirles
"qué bonito es el amor"... Me giro en la esquina y
HM me dice
"nene, que uno de ellos se estaba sacando la polla para enseñárnosla". Momento gota gorda a lo Chicho Terremoto y nos giramos para ver la secuencia... que fue apta para menores porque el otro le cortó que siguiera... pero nos dio el tiempo suficiente para saber que aquí el exhibicionista borracho de amor y de absenta era
Macanao Torres, un actor porno gay de la tierra, como los pasteles de carne. Y después de ver
ciertas fotos, diría que está hasta más merendable que éstos.
Una vuelta más, hacia la zona del concierto que se prepara todos los años, una cenita en un
kebab y presenciar como una pareja de enamorados se peleaba y hacía las paces cinco veces en diez minutos
(cronometrado en tiempo real) dio más que suficiente para decir
"nene, a recoger el puesto que s'acabó el mercao" y para casa que ya no dábamos para más.
Es que tenemos una edad...
[Canción recomendada: Fenómenos Extraños "Mi Güertica Murciana"]