Destino




Creer en una entidad superior está pasado de moda. La religiosidad con nombre propio (Dios, Alá, Yahve, Ra o Nati Mistral) se considera algo desfasado y atávico, sea ya porque son totalmente incompatibles con el método lógico-deductivo por mucho que se empeñara Sto. Tomás de Aquino aquí no, aquí no, aquí no hay quien vivaaaaa, sea porque no hay prueba científicas irrefutables que digan que residen, por ejemplo, en la cadena del ADN.

Cógete a cualquiera de las cinco deidades que he nombrado, incluso a Nati "No Te Mueras Nunca (Se Hase Lo Que Se Puede)" Mistral y trata de demostrar sus grandes misterios de una manera que este mundo mecanicista comprenda. La Santísima Trinidad, que separara el cielo de la tierra, o que interprete a La Celestina como si fuese su reencarnación.

Con todo, creo que nos quedamos tranquilos mientras paseamos in hac lacrimarum valle si pensamos que existe un orden, un equilibrio, llámalo destino, karma, fatum o justicia divina. Es una manera de (¿)autoengañarnos(?) para coger algo de fuerzas y matar al lunes que nos espera cada vez que sale el sol.

Si a eso le unes la idea de que es difícil escapar de lo que está escrito, que lo que tenga que pasar, pasará, se te levanta el pelo de la nuca pensando que mejor nos tiramos enmedio de la carretera y que pase lo que tenga que pasar. A follar, a follar, que el mundo se va a acabar...

¿Que por qué toda esta parrafada? Pues porque últimamente no paro de acordarme de una fábula clásica que más o menos tiene que ver con el destino. Y que en mí tiene el efecto contrario al fatalismo. No es que me lleve a la inmolación, sino que es una ejemplificación de qué se puede entender por ese fatum, y la idea de vivir cada día con la mayor normalidad posible. PORQUE LO QUE TENGA QUE PASAR, VA A PASAR DE TODOS MODOS... Así que ni fatalismos ni sobreprotección. A vivir lo más normal que se pueda con las angustias internas y externas.

"Hace muchos años, vivía un hombre en Atenas que lo que más deseaba en esta vida era tener descendencia. Él y su esposa no perdían la esperanza, rogando a los dioses y ofreciendo los sacrificios necesarios para congraciarse con ellos.

Al final su mujer consiguió quedarse encinta y, lleno de entusiasmo, el ateniense fue a consultar al oráculo de Delfos para ver cómo iba a ser la vida de su futuro retoño. El oráculo predijo que su hijo perecería en las fauces de una bestia salvaje a la edad de doce años. Horrorizado, nuestro protagonista regresó a su hogar y trató de buscar las posibles soluciones a dicho destino. A pesar de consultar a videntes y pitonisas, la respuesta seguía siendo la misma: su vástago moriría por culpa de un animal feroz.

Decidido a que ésto no pasara, al nacer el bebé, se propuso burlar al destino y decidió que no dejaría salir nunca de su casa a su hijo. Pero para que no echara nada de menos de la realidad, en la parte trasera arregló el patio con plantas de todos los tipos y, alrededor de la valla de madera, mandó pintar varios murales con todos los animales que el ser humano pudiera imaginar.


Con el paso de los años, el niño creció dentro de las paredes del hogar familiar, jugando en sus habitaciones y en el patio que tan amorosamente preparó su padre.
Al cumplir los doce años y jugando con su arco y flechas, trató de disparar a un león que había pintado en uno de los murales.

Contento de haber acertado de pleno, se acercó a arrancar la flecha, con tan mala suerte que una astilla de madera se quedó clavada debajo de una uña, cayendo fulminado de golpe en el suelo.


Por mucho que lo intentó su padre, el niño no pudo escapar de los hados."





[Canción recomendada: Madonna "Nothing Fails (Nevin's Mix)"]

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Aeroguatutú, que se llama "aero" porque vuela, "gua" por que va por el agua y "tutú" porque, cuando rueda por la carretera, hace "tú...tú..."


Boy Lornsen.


{elaeroguatutu@hotmail.com}