Un clásico nunca muere

Los clásicos son los clásicos. Vengan en el formato que vengan.


Un Bogart
con gabardina

hablándote de París y recuerdos,

mientras ladea

el ala de su sombrero,

con un pitillo

medio apagado en la comisura de los labios.



Grace Jones,
una diosa de ébano de casi dos metros,

hablándote en francés,

a medio camino entre un susurro y un grito,

"La vie en rose, la vie en rose"
...




O un italiano,
morenazo y con bigote,
con su mono azul de trabajo, bien apretando,
chapurreándote con un acento macarrónico:
"Here we gooooo"
...



Y es que no hay nada como los clásicos. Así que he vuelto a caer enganchadísimo a Super Mario Bros, ahora en su edición para la Wii. A mí me van las plataformas más que otro tipo de juegos, pegar saltos, coger monedas, disparar bolas de fuego tras comer unas flores luminosas...


Esto es lo más cerca que voy a estar de una seta.




[Canción recomendada: Roxette "Almost Unreal"]

Metiendo el dedo en el ojo (desméritos)



Ok.

Naces en un seno de una familia, más o menos disfuncional (¿y quién no tiene una familia así?), te educan en unos valores y aptitudes. Empiezas a andar, y animado por tus progenitores, te da por practicar un deporte. Así, a los dos años, te calzan unos esquíes. Por gusto, por diversión. Y se quedan algo asombrados cuando ven que se te da mejor que gatear y llenar los pañales de cacota.

El niño es bueno, el niño vale para ésto. Lo que es un entretenimiento, una diversión, se va convirtiendo poco a poco en algo más serio. Un deporte, una profesión. Vivir de ésto. Él y, si podemos, el resto de la familia, que aquí el más tonto hace relojes. O representante.



Pasas la adolescencia. Descubres que "el vino que tiene Asunción no es blanco ni tinto ni tiene colooooor"; se te va un poco la olla y la mano (¿y a qué adolescente no?) y te cuelgan el sambenito de "niño terrible" de los deportes de invierno usamericano.

Le das la vuelta a la tortilla. Consigues que te seleccionen para el equipo olímpico, que algo debe de costar, digo yo. Participas en las últimas olimpiadas invernales. Ea, nieve, frío, hielo... Y consigues tres medallas olímpicas.

¿Y de qué habla la gente? De tu polla milimétrica. De tu micropene. Del minifalo que te ha dado la naturaleza.





De lo mal que lo tiene que pasar tu pareja, sin saber si lo tuyo es tener una lengua percutora... o que simplemente llevas mal el cambio de temperatura. ¿Es que no hemos aprendido nada de la diferencia entre pollas de sangre y pollas de carne?




[Canción recomendada: Machito Ponce "Short Dick Man"]

Dies Irae



Dies iræ, dies illa,
Solvet sæclum in favilla,
Teste David cum Sibylla !

Quantus tremor est futurus,
quando judex est venturus,
cuncta stricte discussurus !

Tuba mirum spargens sonum
per sepulcra regionum,
coget omnes ante thronum.

Mors stupebit et Natura,
cum resurget creatura,
judicanti responsura.

Liber scriptus proferetur,
in quo totum continetur,
unde Mundus judicetur.

Judex ergo cum sedebit,
quidquid latet apparebit,
nil inultum remanebit.

Quid sum miser tunc dicturus ?
Quem patronum rogaturus,
cum vix justus sit securus ?

Rex tremendæ majestatis,
qui salvandos salvas gratis,
salva me, fons pietatis.

Recordare, Jesu pie,
quod sum causa tuæ viæ ;
ne me perdas illa die.

Quærens me, sedisti lassus,
redemisti crucem passus,
tantus labor non sit cassus.

Juste Judex ultionis,
donum fac remissionis
ante diem rationis.

Ingemisco, tamquam reus,
culpa rubet vultus meus,
supplicanti parce Deus.

Qui Mariam absolvisti,
et latronem exaudisti,
mihi quoque spem dedisti.

Preces meæ non sunt dignæ,
sed tu bonus fac benigne,
ne perenni cremer igne.

Inter oves locum præsta,
et ab hædis me sequestra,
statuens in parte dextra.

Confutatis maledictis,
flammis acribus addictis,
voca me cum benedictis.

Oro supplex et acclinis,
cor contritum quasi cinis,
gere curam mei finis.

Lacrimosa dies illa,
qua resurget ex favilla
judicandus homo reus.
Huic ergo parce, Deus.

Pie Jesu Domine,
dona eis requiem. Amen.

[Canción recomendada: Mozart "Requiem"]

Lo que nos gusta una foto...

Que nos pirra la tecnología es más que claro.


Cualquier cachivache que sea brillante, haga ruiditos, hable o tenga luces hace que nos giremos, enarquemos la ceja y digamos: me lo pido. Es una cuestión de ego.
Pero no de ahora, sino de siempre.

En la prehistoria (y no, no soy González-Sinde emulando a Altamira como los primeros cineastas españoles) el panoli que inventó la rueda, después de estar dándole y dándole martillazos a la piedra para que tuviera más o menos una forma circular, va y se lo cuenta a su amigo, el Macho Alfa de la manada. Éste, que no es tonto, le pega un fostiazo, lo manda a buscar la pradera eterna de los mamuts y se cuelga las medallas. ¿Por qué? Porque le mola el invento y porque está más buenorro que el tirillas del martillo.
En el siglo XXI la cosa anda más o menos igual. Ya no se trata de pegar una pedrá a nadie en la cabeza porque sí, sino de sablear la cuenta corriente para tener lo último.

Y lo último es (o era) tener un iPhone. El teléfono con conexión a internet, reproductor de audio, pantalla táctil, con chorrocientasmil aplicaciones, al que lo único que le falta es que te dicte los puntos del macramé y te traduzca lo que dice Fraga en sus intervenciones (cada vez menos, gracias a Dios).


¿Y cómo juega ésto con el ego? Muy sencillo. Haciéndote algunas fotos en plan wenorrismo total y dejando que el resto de mortales, con sus granos, adiposidades y ojos estrábicos se mueran de envidia. Por tener un cuerpo serrano tal que así y por tener la pasta para un puto iPhone.


Asi nacen páginas chonis como ésta:
Guys with iPhones. Done poner tu foto con tu cara más favorecedora,



lucir el traje típico del pueblo,




o lo último que te has tatuado,




enseñar lo mucho que has trabajado en el gimnasio estos meses,



lo bien que se ha portado contigo la naturaleza en cuanto a posaderas,


la tableta de Toblerone que te guardas para la merienda,



hacerte la foto con algún amigo,









o con más amigos,




incluso si estás cansado o metido en otros berenjenales,





es más, hasta los famosos no se pueden resistir,





Lo dicho, es ver algo con lucecitas y brillante y volvernos locos.


Buen finde.



[Canción recomendada: David Guetta "Fuck Me I'm Famous"]

Finde bajo cero


Si alguien puede pecar de oportunista, ése soy yo.

En diciembre, tenía unos días libres y aprovechando que Shepperdsen tenía un curso en Madrid, nos fuimos de okupas a la casa de Crawlertls y su marido. Y ¡zas! en toda la boca, la primera ola de frío del invierno. Lo que nos vino de excusas para cambiar de outfit y comprarnos ropa de abrigo. No era cuestión de helarse si iba a conocer en persona a Proudstar, Fido y a charlar tranquilamente por una vez con La Nena.



Este finde pasado habíamos quedado toda la cúpula del Canomori (no, no preparamos el comeback, por si alguno se adelanta a preguntarlo), en plan casa rural entre Vélez Blanco y Vélez Rubio, para celebrar los cumpleaños de la Baccara Preta (La Mamma), y las Safuanas hembras (La chica y la grande). Y ¡zas! en toda la boca otra vez. Una nevada del copón y una llamada a la dueña de la casa desde Puerto Lumbreras diciéndonos que nos apuráramos porque habían pasado las quitanieves y el camino hasta el pueblo estaba despejado. Lo que te hace estar la mar de seguro oiga...

Después de que Fuensi se hiciera unas fotos con unas japonesas que pasaban por el área de servicio (no sabemos si iban hacia a Granada, Murcia o whatever), como si no hubieran visto nunca a nadie ir por ahí con unas orejas de ratón, arrancamos motores para llegar a nuestro destino... para encontrarnos con una postal navideña tal que así:



Y quedarnos más helaos que un chambi al ver que el camino de cabras que nos llevaba a la casa rural estaba impracticable. Lleno de nieve, barro y agujeros invisibles para el ojo humano, como para meter seis coches y quedarse encallados. Eso sí, la beata Elisabeth Canomori nos tuvo que iluminar porque encontramos en Velez Blanco una hospedería rural con apartamentos donde pudimos instarlarnos para pasar el fin de semana. Nuestros catorce cuerpos, con nueve kilos de carne para asar, cuatro conejos para hacer arroz, tres tartas para la fiesta de cumpleaños, chorrocientos litros de cerveza, empanadas, saladitos, pizzas... Vamos, que si por un casual el restuarante se quedaba si alimentos, podíamos montarles un catering improvisados para la noche de los enamorados.



Después de instalarnos y de pegarnos una pantagruélica comilona (y algunos echarnos después una siesta), jugamos un rato al "Gestos" dándole nuevo sentido a las palabras "rejoneo", "coches de choque" y "toma de tierra"... Que a esto ayudara una cachimba y unas cuantas copas, es otra historia.

Y llegó la hora de la fiesta de cumpleaños, con fiesta temática: princesas Disney. Princesas pocas, pero mamarrachas vestidas de personajes de películas de dibujos unos cuantos: El Rey y la Reina de Corazones, el Príncipe Encantador, Mickey Mouse, Blancanieves y dos Campanillas (una con más pelo en el pecho que la otra) se dieron cita entre otros figuras animadas de ayer y hoy...








¿Los regalos? Pues además de la citada cachimba para La Safuana Chica, "El Gran Libro de las Pollas" para La Mamma y un viaje a Marrakech para La Safuana Grande.

Al día siguiente, a darse una vuelta por el pueblo y a recuperar el espíritu infantil haciendo peleas de nieve... de las que acabé algo hartito, porque siempre, SIEMPRE, SIEMPRE venían a mí todos los pelotazos, por muuuucho que aseguraran que no, que iban para Totó... En el pueblo se hablará durante un tiempo del atajo de subnormales que iba corriendo por las callejuelas quitando la nieve de coches y tractores y tirándosela unos a otros.





Acabamos visitando el castillo, donde Fusiforme nos hizo una visita guiada particular y nos contó cómo acabó el patio de armas en el Metropolitan, lo que demuestra el poco caso que se le ha hecho a nuestro patrimonio... y el que se le sigue haciendo en ocasiones.

Tras comer, recoger y cada mochuelo a su olivo, después de esta catarsis de locura aderezada con hielo. Que tanta falta nos hacía a más de uno y más de dos.




[Canción recomendada: Knife "Pass This On"]

San Valentín/San Calentón


La idea era poner un bonito enlace acaramelado, con una canción de esas que empalaga y hace que te pique hasta la boca de tanto azúcar que lleva...

Y luego he dicho, ¡qué coño!, a meter caña, que es lo que mola, que del Día de San Valentín ya se encargan El Corte Inglés, la floristería de la esquina y hasta el Mercapeich con tartas con forma de corazón.

Así que, por veinticinco pesetas: enumere las peores frases que vengan a su memoria (ya sea por activa o por pasiva, esto es, participando o en conversaciones de café) que se hayan podido escuchar enmedio de un ayunamiento carnal.

Y mira que hay muchas:
"¿Te gusta, eh, perra, a que sí?"


"¿La sientes dentro de ti?"


"Dámelo todo, papito"


"Tóma mi leche"


"Quiero que mi amo entre en mí..."


Un, dos, tres, responda otra vez...

Si a mí me sueltan alguna lindeza de este tipo, creedme si digo que tendrían el mismo efecto erótico-festivo que una buena ristra de pedos.



Feliz día de San Calentón.


[Canción recomendada: Madonna "Where Life Begins"]

One Hit Wonder

De unos meses para acá, las visitas de mi blog aumentaron exponecialmente (pasando de 80-100 visitas diarias a alrededor de 200, incluso hasta 400) de manera que llegué a pensar que había gente, sobre todo en el otro lado del charco, al que le interesaban las pajas mentales y diarreas cerebrales del que suscribe.

Si indagaba un poco, las visitas se debían principalmente a unas fotos de Mapplethorpe y a un easter egg, que contenía la siguiente foto:



Lo divertido era que, como no supieras dónde estaba esa foto en cuestión, ponías en Google Imágenes la clave "porno gay" y te salía el maromo despatarrao y todo el mes de junio de 2007 de esta bitácora. El pobre pajillero que se viera con tal despropósito tenía que flipar: con las hormonas revolucionadas, una mano en el teclado y/o ratón y la otra en otros menesteres, esperando carnaza (que todo sea de paso, aquí el macizorro está bueno, pero puestos a buscar fotos guarras, no sería ésta la que calificaría como "porno" y "gay", sino ésta, ésta o ésta) y se encuentra a cuatro mamarrachas vestidas de lentejuelas, vídeos de Manuela Trasobares, un post sobre el autismo y una entrada sobre el bromuro... Vamos, material pajeable donde los haya.

Si a esto le añades que cada vez somos menos los que dejamos huella por Blogger (sea en publicaciones -cada vez más espaciadas y con menos sustancia-, sea en comentarios -a mi última entrada me remito-) la realidad te pega una bofetada que hace que vuelvas a la casilla de salida.

Lo que es hasta positivo, porque si nadie te lee, te da libertad a escribir lo que te salga del parrús, sin presiones de si gustará o no. Al que le tiene que gustar es a uno mismo.


[Canción recomendada: Jimmy Ray "Are You Jimmy Ray?"]

Descubriendo a Coco


"...Chanel impuso a la moda cambios tan determinantes que la hizo pasar de siglo. El derecho de las mujeres a la comodidad, a la libertad de movimientos, la importancia acrecentada del estilo sobre el adorno y, por fin, un repentino ennoblecimiento de los materiales pobres que daba lugar ipso facto a la posibilidad de crear en un futuro próximo una elegancia al alcance de la mayoría.

Además, había querido lo que nadie antes que ella se atrevió a expresar con semejante franqueza: mujeres que caminaran erguidas, con vestidos que ya no les marcasen la cintura ni las caderas, mujeres que llevasen faldas radicalmente acortadas[...]Por primera vez se producía una revolución en el vestido femenino; en lugar de obedecer a la fantasía, consistía principalmente, y por inflexible necesidad, en suprimirla."

Edmonde Charles-Roux
"Descubriendo a Coco"
Editorial Lumen
(Págs. 234-235)


Tienes que llegar a la página doscientos treinta y cuatro para que la señora Edmonde Charles-Roux diga algo realmente interesante sobre Gabrielle Chanel, para que haga un análisis concienzudo de qué fue Coco para la moda (en especial, para la femenina) y el cambio que se realizó en esa época.

A raíz del estreno de los dos biopics recientes sobre la figura de la diseñadora, se ha reeditado esta biografía, publicada en 1974, a dos años de su muerte. Y si bien se puede entender como un loable ejercicio de investigación sobre una persona que no desvelaba nada de su pasado ni de su vida privada, se queda a medio camino. No sé si por culpa de la figura elegida en sí (fue un genio, pero como todos los genios, un bicho malo, una caja de truenos y más en su última época) o por la autora de este libro.

Y es que resulta que Edmonde Charles-Roux fue una escritora, hija de un embajador francés, directora durante 16 años de la edición francesa de Vogue y presidenta de la Academia Goncourt. Es decir, una señora que sabe escribir y sabe de lo que está escribiendo.

A la que Coco Chanel tuvo que hacer un desplante en vida. Y muy gordo.



Por un lado el libro adolece de ser heredero de la época en que se escribió. Mediados de los setenta. Por lo que no tiene la perspectiva necesaria para leerlo hoy en día como una biografía tal y como la entendemos. No toma la figura de Chanel con la importancia que tiene, como una de las grandes renovadoras de la moda en general (pasando del "menos es más", de los vestidos recargados y con cinturas de avispa a prendas donde la mujer tiene plena libertad de movimientos); para lo que es necesario un espacio de tiempo que te permita realizar otro vistazo al objeto de estudio. Tiene más valor el libro por lo que no cuenta que por lo que sí, por lo que calla de manera inconsciente que por lo que refleja.

Un ejemplo: la creación del perfume Nº 5.Lo despacha en página y media y con menos información que la que puedas encontrar en la Wikipedia.

Por otro lado, habla más del entorno de Chanel que de ella en sí. De una manera novelada que, si bien al principio es de agradecer, termina anquilosando el ritmo de lectura.

Se puede saber y mucho de alguien conociendo su entorno, pero creo que en este caso lo lógico habría sido pivotar entre la diseñadora y sus amistades. Llega al punto que sabes más de Picasso, de Reverdy, de Cocteau o del Duque de Edimburgo que de Gabrielle. Y terminas pensando que te la trae al fresco que Picasso pintara un telón de una obra que escribió Cocteau (dedicándole un capítulo entero al tema) si de Chanel sólo se menciona que diseño el vestuario y poco más. Que te importa un comino qué fue de Reverdy después de su conversión al catolicisimo si Coco aparece como una figura impertérrita, como una farola en un paseo marítimo.

Y eso que sólo voy por la página 360...

Para ser "La biografía definitiva de Coco Chanel", tal y como la publicita Lumen, se queda a medio camino, y creo que intencionadamente por la propia autora.

Al final sale más barato navegar por Google y hacer tu propio dossier.



[Canción recomendada: Marion Cotillard "Take It All ("Nine" O.S.T.)"]

Micropost (LI): Smile

A veces no es tan difícil llegar con una sonrisa al trabajo. O por lo menos que algo te despierte la curiosidad, además del café mañanero.





[Canción recomendada: Marina & The Diamonds "I'm Not A Robot"]

Engaños


Engaños.

La vida está llena de ellos. Primero lo de que los Reyes Magos existen. Luego que la vacuna no te va a doler. Añádele lo del Ratoncito Pérez, El Hombre del Saco...


Y lo de quedar este domingo para tomar café y tal.


Este finde Mi Santo y yo giramos nuestros cuerpos sandungueros hacia las tierras de los Marrajos y Californios, ya que era el cumpleaños de Exit y nos tenía preparada una gorda (y grande), a base de sus hamburguesas caseras (no he probado nada igual en mi vida) y una buena sesión de Wii Sports Resort, donde el capullín de Shepperdsen nos dio una paliza a todos al esgrima, gracias a su técnica depurada, consistente en mover a diestro y siniestro el mando...


Y si todavía no nos habíamos recuperado de la cena opípara (así no hay quien se ponga a régimen en la PUTA vida), el domingo tocaba comer con HM, para que así conociera al Bello Ramón, que viene de tierras escondinabas por cuestiones de trabajo. Sí, los españoles somos así y no podemos juntarnos si no es para meternos algo entre pecho y espalda. Yo no sé cómo se hará en otras latitudes, lo mismo la gente ni queda a tomar nada, pero es que parece algo cutre conversar con un amigo si no hay de por medio una cerveza o un café.


Exacto. La cerveza sóla no engorda mucho. Lo que engorda es lo que te tomas de acompañamiento. Que si unas bravas, que si un revuelto de morcilla, que si ahora nos vamos al italiano y nos ponemos tibios de pasta y de risotto... ¿Postre? Per qué no? Amén de escandalizar al resto de gente que pululaba por las mesas aledañas. ¿La conversación? Sólo daré ciertas palabras sueltas y que cada uno componga el resto: heterosexuales pasivos, felaciones, fotos de torsos de heterosexuales pasivos, gente que se trabaja los polvos, fotos de torsos de heterosexuales pasivos con sus caniches...


Y viendo que El Bello Ramón no aparecía, se desveló el engaño. Habíamos sido vendidos como obra de mano barata por el exiliado en Escondinabia para perpretar una mudanza al nuevo hogar del Sr. HM.

Así, sin más. Con la ropa de los domingos.



Y por eso el muy cabrito de HM nos había cebado a lo pavo para minar nuestra resistencia y no poder decir que no.
No poder decir que no a bajar chorrocientas cajas. Y un tendedero. Una tele. El microondas. Diez maletas. El espejo. Ah, otra maleta que se había perdido. Una pecera de 70 litros que tuve que llevar en mi regazo. Mira, faltaba otra maleta por bajar. Una máquina de escribir de principios de siglo. ¿De verdad que no queda ninguna maleta?

Como todavía quedaba por hacer algún viaje más (si el Sr. HM fuese heterosexual, habría pensado que se había gastado el dinero de la mudanza en putas, pero como es gay, lo dejaré en que simplemente es un poco desastreeeee), me ofrecí para ir subiendo los bártulos al nuevo hogar mientras ellos seguían haciendo de porteadores.


Y así me quedé. En un bloque de nueva construcción todavía sin inquilinos. Encerrado en un ascensor con diez maletas, una impresora y unas ganas de mear que no me podía contener... Menos mal que el Sr. Escriba me llamó y me ayudó a hiperventilar sin necesidad de que me diera un ataque de histeria... que se solucionó cuando recibí un sms que me decía "Perra, sube al piso de arriba que en el mío se atasca la puerta"...


En totá, saca las maletas, y ponte a bajarlas por las escaleras... Quédate a oscuras, desoriéntate, y siéntete como Audrey Hepburn en "Sola en la oscuridad", esperando a que entre una banda de terroristas chiítas, la mafia rusa, una horda de sicarios rumanos o whatever y te secuestren, te aten, te arranquen las ropas, te sometan, te humillen, te violen en repetidas y ordenadas veces... Encuentras el interruptor, se acaba la fantasía Cazzo y a seguir moviendo cajas.


....

...

...

¿Que si apareció El Bello Ramón? Sí, lo hizo. Más tarde. Con su pareja y un acompañamiento que parecía el broche final a un día surrealista: dos vietnamitas y una escondinaba de las Escondinabia profunda, que parecía que había aparcado el trineo en doble fila. Nada que añadir a frases tales como "yo, si no tiene algo más de 14% de graduación, no bebo alcohol"... (Bueno, sí, que les gustó bastante el asiático a las vietnamitas. Tralarí, tralarííí...)

Lo dicho, como en un chiste: esto es una escondinaba, dos vietnamitas y tres españoles entran en un bar...



[Canción recomendada: Miranda! "Mentía"]




Aeroguatutú, que se llama "aero" porque vuela, "gua" por que va por el agua y "tutú" porque, cuando rueda por la carretera, hace "tú...tú..."


Boy Lornsen.


{elaeroguatutu@hotmail.com}