Nostálgicos, que somos unos nostálgicos. Yo el primero, que me pones la etiqueta “vintage” por delante y me gusta todo. Sip, no sólo el porno “vintage”. Hemos creado nuestros propios clásicos, qué coño, que para eso estamos entre los 30 y los 40.
Vemos el logo de la Mirinda y nos da por salivar y acordarnos de ésas botellas de cristal rayadas con tan delicioso brebaje. Naranjito nos parece mejor mascota que Cobi, ese manchurrón canino sin forma. Los Tigretones y las Panteras Rosas hacen que olvidemos, por segundos, a los donuts y demás repostería industrial. Muñecos saltadores con la imagen de “E.T.”, un erizo rosa de dos metros que habla, anda con los cuartos traseros, que va desnudo pero se pone un camisón para dormir. La sintonía de “Los Ángeles de Charlie”,“Apartamento para tres”, “El planeta imaginario”, “El kiosco”…
¿De verdad que cualquier tiempo pasado fue mejor? ¿En serio? ¿O es que la memoria nos va amortiguando los recuerdos? Porque yo hay cosas con las que no puedo, y no he olvidado, de esos tiempos pasados que, según unos, siempre fueron mejores:
El típico chándal de Adidas.
Sí, el diseño es bonito. Y la reinterpretación para indies y gafapastas deseosos de haber participado en el “verano del amor” o haber conocido a los Sex Pistols de primera mano es un must. Ok, de acuerdo. Pero es que ése no era el chándal de los años 70-80. El de esa época picaba a rabiar, era de un material que me hacía que me rascara cada dos por tres (seis), a lo que había que unirle el hilo de nylon con que se cosía la etiqueta de la espalda, que era lo más parecido a llevar un pequeño estilete clavado en el cuello. Ni que decir tiene que los ribetes blancos tenían que ser cosidos una y otra vez; pero éso no sé si era problema del chándal o del insurrecto que lo llevaba… lastimica que en aquella época el término “hiperactivo” no estuviera todavía de moda.
Los atascos.
Hasta que no tuve una cierta edad, la frase “vamos a la playa a pasar el domingo” era un trauma. Un coche pequeño, tipo Seat 127 con: el padre, la madre, el hermano, la prima, la abuela, la nevera, las tumbonas, la cesta de mimbre con la fiambrera y la tortilla de patatas, las toallas, el protector solar, los flotadores, cubos, rastrillos, palas… Y súbete el Puerto de La Cadena sin aire acondicionado, esperando que no hubiese demasiado tráfico o que, al menos, fuera fluido porque si parabas el coche, hasta la abuela se iba a tener que bajar para empujarlo y que volviera a arrancar.
La ropa interior.
Por mucho que he buscado, no he encontrado ninguna foto de la ropa interior a la que me refiero en concreto, pero ésta vale. Imaginad: el día de tu primera comunión, el día más feliz de tu vida, donde vas a recibir a Jesús (hoy en día se te dicen que vas a recibir a Jesús, preguntarías ¿me pongo el lubricante y te saco el condón?) y te van a regalar cien cosas, miles de cosas, cienmillones de cosas… Como compases (hasta 5 juegos cayeron) y mudas. Léase ese conjuntito de ropa interior, calzoncillo más camiseta de tirantes calada –vamos, con agujeritos- que, si tenías suerte, era blanca, pero si no, caía toda la paleta de colores pasteles: azul pastel, amarillo pastel, verde pastel y …horrorr… Color carne.
El papel higiénico “El Elefante”.
Lo tuyo no tiene nombre.
En mi defensa he de decir que en mi casa nunca se utilizó a éste primo lejano de la lija del siete, pero sí en casa de mi tía… Y si algún nostálgico prefiere al paquidermo a los papeles actuales de cuatro capas, tacto seda y perfume de melocotón, que me lo diga ahora y quedamos para darnos de leches en la calle.
Un bonito papel del elegante color marrónmierda elaborado con pasta reciclada de la prensa diaria (por lo que era normal encontrarte alguna letra o palabra por ahí) con dos capas: una brillante y la otra opaca. Pero las dos con la misma textura que te proporcionaba una irritación del pompis a la vez que un peeling gratuito de los glúteos…
A ver ahora quién es el bonito que dice que antes se vivía mejor…
[Canción recomendada: Fórmula V “Cuéntame”]
Vemos el logo de la Mirinda y nos da por salivar y acordarnos de ésas botellas de cristal rayadas con tan delicioso brebaje. Naranjito nos parece mejor mascota que Cobi, ese manchurrón canino sin forma. Los Tigretones y las Panteras Rosas hacen que olvidemos, por segundos, a los donuts y demás repostería industrial. Muñecos saltadores con la imagen de “E.T.”, un erizo rosa de dos metros que habla, anda con los cuartos traseros, que va desnudo pero se pone un camisón para dormir. La sintonía de “Los Ángeles de Charlie”,“Apartamento para tres”, “El planeta imaginario”, “El kiosco”…
¿De verdad que cualquier tiempo pasado fue mejor? ¿En serio? ¿O es que la memoria nos va amortiguando los recuerdos? Porque yo hay cosas con las que no puedo, y no he olvidado, de esos tiempos pasados que, según unos, siempre fueron mejores:
El típico chándal de Adidas.
Sí, el diseño es bonito. Y la reinterpretación para indies y gafapastas deseosos de haber participado en el “verano del amor” o haber conocido a los Sex Pistols de primera mano es un must. Ok, de acuerdo. Pero es que ése no era el chándal de los años 70-80. El de esa época picaba a rabiar, era de un material que me hacía que me rascara cada dos por tres (seis), a lo que había que unirle el hilo de nylon con que se cosía la etiqueta de la espalda, que era lo más parecido a llevar un pequeño estilete clavado en el cuello. Ni que decir tiene que los ribetes blancos tenían que ser cosidos una y otra vez; pero éso no sé si era problema del chándal o del insurrecto que lo llevaba… lastimica que en aquella época el término “hiperactivo” no estuviera todavía de moda.
Los atascos.
Hasta que no tuve una cierta edad, la frase “vamos a la playa a pasar el domingo” era un trauma. Un coche pequeño, tipo Seat 127 con: el padre, la madre, el hermano, la prima, la abuela, la nevera, las tumbonas, la cesta de mimbre con la fiambrera y la tortilla de patatas, las toallas, el protector solar, los flotadores, cubos, rastrillos, palas… Y súbete el Puerto de La Cadena sin aire acondicionado, esperando que no hubiese demasiado tráfico o que, al menos, fuera fluido porque si parabas el coche, hasta la abuela se iba a tener que bajar para empujarlo y que volviera a arrancar.
La ropa interior.
Por mucho que he buscado, no he encontrado ninguna foto de la ropa interior a la que me refiero en concreto, pero ésta vale. Imaginad: el día de tu primera comunión, el día más feliz de tu vida, donde vas a recibir a Jesús (hoy en día se te dicen que vas a recibir a Jesús, preguntarías ¿me pongo el lubricante y te saco el condón?) y te van a regalar cien cosas, miles de cosas, cienmillones de cosas… Como compases (hasta 5 juegos cayeron) y mudas. Léase ese conjuntito de ropa interior, calzoncillo más camiseta de tirantes calada –vamos, con agujeritos- que, si tenías suerte, era blanca, pero si no, caía toda la paleta de colores pasteles: azul pastel, amarillo pastel, verde pastel y …horrorr… Color carne.
El papel higiénico “El Elefante”.
Lo tuyo no tiene nombre.
En mi defensa he de decir que en mi casa nunca se utilizó a éste primo lejano de la lija del siete, pero sí en casa de mi tía… Y si algún nostálgico prefiere al paquidermo a los papeles actuales de cuatro capas, tacto seda y perfume de melocotón, que me lo diga ahora y quedamos para darnos de leches en la calle.
Un bonito papel del elegante color marrón
A ver ahora quién es el bonito que dice que antes se vivía mejor…
[Canción recomendada: Fórmula V “Cuéntame”]
14 Aeroguatutadas:
¡Sagerao!
Para empezar antes se comía mucho mas natural, tú mismo has puesto un ejemplo, el color rosa de la pantera idem es evidentemente una cosa natural naturalísima.
Los coches no eran tan pequeños, nosotros teníamos un 124 en el que viajabamos cómodamente desde Salamanca a Fuengirola 5 personas, atravesábamos Cáceres, Badajoz y Sevilla en pleno verano sin problema. Cuando hacía mas calor se paraba en una arboleda a comer la tortilla y los filetes empanaos y tan ricamente.
En lo de las mudas color carne... ahí tentengo que dar la razón.
Ah, y el papel del elefante no se rompía nunca, aunque mejor no entrar en detalles escatológicos.
nos vamos haciendo mayoras hija mia, por eso escribes estas cosas, pero tranquila que estas divina.
He de puntualizar que a mi planeta imaginario me llegaba a dar miedo, sobre todo cuando salia uno haciendo de Miró con una careta blanca sin rostro o los museos de marionetas catalanas que vamos a su lado el payasito de poltergeist era un angel
yo he tenido chadales de esos pero no creo que fueran marca adidas que en mi casa no habia tantas perras, y sobre atascos no, pero si recuerdo que ir al pueblo con el 127 o luego el renault 4 costaba como unas 5 horas y pico, habia que hacer como tres paradas: en almansa, en albacete y en el jardín
servidora recuerda con devocion esa epoca con las meriendas campestres, las jornadas espirituales en socuellamos, las excursiones a fátima y tantas y tantas cosas
Hoy en dia hasta la moda sacra ha cambiado.
yo tuve un chandal arkapén (?) toma castañas
lo de las camisetas de tirantes en todos los tonos me ha llegado al alma... (Yo también pasé por ese infienno)
¿y los polos Avidesa?
El papel higienico "Elefante" es el arma más mortífera y sibilina ke se ha creao; sobrevivir era un milagro.
En cuanto a los atascos...Je...No se keje, ke los ke veníamos desde más lejos...¡¡ Teníamos ke atravesar Espinardo!!
Eso sí ke era horrible...
Para mi desgracia yo sí conocí el papel Elefante, con aquella cara satinada que no servía para nada y que cuando lo doblabas quedaban unas puntas que pinchaban... qué desatino...
Recuerdo el celofán amarillo que lo envolvía...
Viejas, reviejas!, eso somos.
Hostias!!! Pero alguien realmente se limpiaba el culo con papel-cartón del Elefante???
La primera foto me encanta.
Me ha hecho recordar uno de los traumas de mi infancia: las camisetas de tirantes caladas (me provocan pánico)
Cinco horas metidos en un Talbot Samba desde Elche a Almería, eso sí que era viajar. Mi madre pegaba hojas de periódico en el cristal trasero donde daba el sol, porque los parasoles de Piolín aún no se habían inventado)
En mi casa hubo papel del elefante desde que tenía edad para usarlo (y recordarlo) hasta que dejaron de fabricarlo. Cuando cagaba en casa ajena lo flipaba con ese papel suaaave y con colores...
Del coche no puedo decir nada porque mis padres no conducen y prácticamente, hasta que mi hermana no se echó maromo, no me monté mucho en ellos. Y lo más lejos que llegué a ir con el 127 de mi cuñao fue a Águilas (mi madre me mandaba de carabina para salvaguardar la honra de mi hermana).
la asquerosa de la memoria, selectiva la llaman, que se queda con lo que le apetece y nos engaña, haciéndonos creer que antes éramos felices porque no teníamos hipoteca. pero es verdad, teníamos papel higiénico que no respetaba nuestras zonas íntimas, teníamos ropa que picaba horrores (yo tenía un traumazo enorme con los jerseys, que no sé si es que cosían los hilitos para dentro adrede, para que los condenados picasen aún más y te dejasen el cuello como si acabara de atacarte un batallón de mosquitos), teníamos carreteras tercermundistas, atascos en la nacional (hasta películas hicieron, oiga), teníamos domingueros, a georgie dann... coño, claro que estamos traumatizados y tenemos sed de venganza. no es para menos.
pero somos una generación totalmente cuerda. que no todos pueden decir lo mismo.
o eso, o es que mi memoria vuelve a engañarme, la muy...
pd. verificación de la palabra "froarti". usada en una frase:
- ¿follamos?
- no, hoy sólo quiero froarti...
El papel del elefante tenía dos caras:
1ª - Lija del cuatro. Arrastraba excrementos, pelos y almorranas a la misma vez.
2ª - Papel satinado. Con este había que llevar más cuidao, pos resbalaba de lo lindo, y de un patinazo podías llegar hasta los riñones.
Eso sí, en ambas caras, habían muchísimas posibilidades de llegar a traspasarlo y meter dedo.
Lo que te pasa es que eres un blando. Mi núcleo íntimo fue acariciado durante años por el papel del Elefante y aquí sigo, oiga. A mi abuela, espartana, no le vendieras mariconadas -con perdón- multicapas: ella, Elefante. Como debe ser.
En cuanto a los atascos, con un coche de aquéllos, era bastante más delicado bajar el puerto de la Cadena -que conozco- que subirlo, por aquello de la ley de la gravedad...
Y por lo que respecta a la ropa interior, jamás he visto una camiseta Imperio de color carne...xD
Por último, como se te ocurra volver a comparar a Naranjito con el mierdas ése de Cobi, te baneo pa los restos :P
Yo tengo un chándal de adidas vintage ahora, jajaja.
De lo demás, creo que no he sifrido nada (eso de vivir en África, hacía que sólo cogiésemos el coche cuando veníamos a la península).
Pero qué quiere que le diga... yo soy la mar de feliz en el presente para ponerme a pensar en el pasado :D.
Tampoco creo que antes se vivía mejor, a mí me tocó llevar gafas y como muchos sabrán las monturas de la época eran muy variadas:
Las de Steve Urkel con omntura metálica o las de Steve Urkel con montura de pasta-concha como las viejas de ahora.
Bueno y eso de monturicas peuqeñas ni hablar "bien grandes señora que el crio me lea toa las letras en el cole".
Menos mla qeu mi padre lleva lentillas y en cuanto empecé a jugar al fútbol federado, unos 12 años, me puso unas que si no... . De todas formas en alguna fiesta familiar me ha tocado imitado al cabrón del Steve Urkel.
P.D.: Verificación de la palabra "mistoxim" hermano drogadicto de Mimosín o un cruce del Mimosín con otra especie.
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