Hoooooola, aquí estamos otra vez. Y lo prometido es deuda: las memorias de mi puente.
La semana pasada tenía vacaciones en el curro, y después de hacer varios cálculos malabarísticos, Mi Santo MdM y yo vimos que nos podíamos permitir una escapadita de tres o cuatro días a algún recóndito lugar de esta España de los Estatutos… ¿Granada? No es mala opción, barata, ambiente y cultura… Nooooo, todo petado, que son Las Cruces de Mayo y es fiesta. Bueno, probemos con Córdoba. Pues lo mismo. Después de repetir el idéntico rosario de llamadas a diferentes hostales y que jugaran con los sentimientos de Mi Santo consorte (…¿para cuándo?... espera, creo que tenemos habitaciones libres… oooooooh, no, lo siento… ¡japuta!) cambiamos la brújula hacia el Norte, por mucho que dijera Raffaella Carrá que "Com’è bello far l’amore” hay que venir al Sur… Siguiente parada del "via crucis": Toledo. Pasapalabra… Ya desquiciaítos, hasta mi madre y mi padre recomendándonos hostales en Segovia, pero ni con esas… Llegamos a conseguir una noche en un hostal que estaba encima de una discoteca, pero como uno tiene ya una edad, lo desechamos… Las caras ya eran de órdago. ¿Qué entelequia se opone a nuestro amol? ¿Somos los protagonistas de un gaylebrón venezolano y no nos hemos enterado? ¿Cuándo llegará el capítulo final, donde yo recuperaré la visión y mi niño recobrará la memoria? Al final, uno de nuestros amigos, Crawlertls, se apiadó de nuestra suerte y nos invitó a pasar el finde en Madrid, junto con su novio, J. de Navarra. Se nos iluminaron los ojos, y después del rosario de llamadas infructuosas, el plan no estaba tan mal. (Hubo un intento de ir a ver “Cabaret” antes de que la retiraran de cartel, pero ni esa suerte tuvimos: como la tarjeta no era ni Visa ni Mastercard, no la aceptaban para la reserva de las entradas… en fin…)
La semana pasada tenía vacaciones en el curro, y después de hacer varios cálculos malabarísticos, Mi Santo MdM y yo vimos que nos podíamos permitir una escapadita de tres o cuatro días a algún recóndito lugar de esta España de los Estatutos… ¿Granada? No es mala opción, barata, ambiente y cultura… Nooooo, todo petado, que son Las Cruces de Mayo y es fiesta. Bueno, probemos con Córdoba. Pues lo mismo. Después de repetir el idéntico rosario de llamadas a diferentes hostales y que jugaran con los sentimientos de Mi Santo consorte (…¿para cuándo?... espera, creo que tenemos habitaciones libres… oooooooh, no, lo siento… ¡japuta!) cambiamos la brújula hacia el Norte, por mucho que dijera Raffaella Carrá que "Com’è bello far l’amore” hay que venir al Sur… Siguiente parada del "via crucis": Toledo. Pasapalabra… Ya desquiciaítos, hasta mi madre y mi padre recomendándonos hostales en Segovia, pero ni con esas… Llegamos a conseguir una noche en un hostal que estaba encima de una discoteca, pero como uno tiene ya una edad, lo desechamos… Las caras ya eran de órdago. ¿Qué entelequia se opone a nuestro amol? ¿Somos los protagonistas de un gaylebrón venezolano y no nos hemos enterado? ¿Cuándo llegará el capítulo final, donde yo recuperaré la visión y mi niño recobrará la memoria? Al final, uno de nuestros amigos, Crawlertls, se apiadó de nuestra suerte y nos invitó a pasar el finde en Madrid, junto con su novio, J. de Navarra. Se nos iluminaron los ojos, y después del rosario de llamadas infructuosas, el plan no estaba tan mal. (Hubo un intento de ir a ver “Cabaret” antes de que la retiraran de cartel, pero ni esa suerte tuvimos: como la tarjeta no era ni Visa ni Mastercard, no la aceptaban para la reserva de las entradas… en fin…)
Y como creíamos que estábamos en paz con el universo y el universo con nosotros, decidimos salir el viernes a las cuatro de la tarde de Murcia, dirección Madrid… Lo que no había dicho Maldonado en el parte meteorológico es que “El Diluvio Universal: El regreso” iba a ser a partir de las cuatro y cinco… Diox, a los veinte minutos de salir, tuvimos que desviarnos al polígono industrial de La Serreta a tomarnos un café (mejor una tila en vena) porque, literalmente, no veíamos el coche que teníamos delante. Llegamos a un bar semivacío al lado de un Night-Club. Entramos. Repaso de dos moteros “Ángeles del Infiernillo” y cuatro garrulos. Me sentí como una dragqueen en el Vaticano. Cariño, dime la verdad, ¿llevo la peluca y las pestañas postizas puestas? Cuando paró y después de que Crawlertls nos asegurara que en Madrid lucía el sol que faltaba en Murcia, retomamos la ruta. Al día siguiente, hablé con Meg por teléfono y nos aseguró que parte de ése polígono industrial fue evacuado porque se inundó por las lluvias… ¿Qué tuerto nos ha mirado, qué gato negro se cruzó delante de nuestro coche?
Granizando que es gerundio...
Paellas gigantes a fuego lento on the road
Eso sí, yo me quedé con ganas de bajar y besar el suelo como Susan… tidad.
(Continuará…)
[Canción recomendada: Gloria Gaynor “I Will Survive”]
8 Aeroguatutadas:
Jeje, lo divertido que habría sido encontrarnos en Madrit, sin saber que ni los unos ni "Los Otros" habian compartido el mismo camino. De hecho, teniamos apuntado en nuestra guía CANSA el barrio de Chueca (y por tanto La Latina). Al final no fuimos por exigencias del guión y optamos por algo mucho más característico y pintoresco, algo que no podemos encontrar en Murcia ni ver por la tele; un gran centro de Outlets (Cuando no están saciados, el consumismo llora más fuerte que el intelecto)
Jajajaja... Pues acabo de hablar con su señora y no coincidimos por poquito: tanto la hora de salida, como la visita a La Granja (nosotros estuvimos el sábado en Segovia)
Y lo de Outlets ya lo "sufrimos" el año pasado cuando fuimos, si no, habría repetido; pero no tocaba week-end-shopping esta vez.
Mira si sera grande Madrid para no vernos,leñe.
La proxima vez nos das un toque al movil.
Ains, lo vuestro (y no es por decriticar) es de película, cada vez que cogéis el coche junticos pa' ir a cualquier lao, los elementos se alían contra vosotros (Mazarrón Remember).
Pero es una experiencia más para contar, yo he visto las secuelas del huracán Wilma en la Riviera Maya, un precioso complejo hotelero. Y los americanos llevándose las cervezas calientes, mientras que los españoles, más prácticos y menos guarros, luchaban por hacerse con garrafas de agua pa' ducharse y toallas y sábanas limpias.
Menuda odisea. Me ha recordado en parte a mi viaje a Sevilla con mi ex y unos amigos. Dio para escribir un libro. Yo pasé el puente en nuestra casa de campo y fue genial, aunque, desde que uno trabaja, los festivos y findes pasan quicker than a ray of light ;D
Lo de nuestros viajes creo que se debe a que no se ha inaugurado el coche como tiene que ser... no sé si me entendéis. Pero va a ser necesario ese sacrificio.
Lo del sacrificio es por la botella de champán francés que derramará su contenido al ser estrellada contra la popa del vehículo ¿no?
O eso o es que piensas ponerle una cinta roja y convocar al alcalde y al presidente de la Comunidad Autónoma para que lo inauguren.
Ejem, con lo de la "inauguración" del coche yo pensaba en algo, digamos, más carnal... como una fiesta para dos.
Publicar un comentario