El uso del condón ha sido conocido en numerosas sociedades desde la antigüedad más remota con el propósito de protegerse del contagio de enfermedades venérea y el de evitar la fecundación. Sobre su denominación, no existe un acuerdo unánime, se dan diferentes orígenes: la más aceptada es la teoría que defiende su deformación de la palabra latina “condon” que significa “receptáculo”; la más llamativa es la petición de Carlos I al dr. Condom de fabricar fundas de tejido animal como método anticonceptivo y medio de prevención de las “enfermedades de Venus”.
Los primeros indicios de su uso los encontramos en el Antiguo Egipto, hace más de tres mil años, concebido como una funda de lienzo; pero no es hasta el siglo XVI cuando se publica el primer estudio médico conocido sobre su uso para evitar el contagio de la sífilis, por parte del cirujano italiano Gabrielle Fallopius en su obra "De morbo gallico " (“La enfermedad francesa”), donde se atribuye su invención. Este condón era una funda corta para cubrir solamente el glande. Más tarde, Hércules Saxonia describió el uso de una funda de lienzo más larga y embebida previamente en una preparación herbal o química, que cubría el pene por completo. En el siglo diecisiete se encontraron cinco fragmentos de unos condones (las gorras inglesas) en Birmingham, Inglaterra. Fueron hechos en la década de 1640 probablemente de tripa de pescado, usados por los soldados de los ejércitos de Cromwell y del rey Carlos I para prevenir las enfermedades de transmisión sexual.
En el siglo dieciocho encontramos algunas alusiones literarias al condón, siendo las más notorias las encontradas en las memorias de Casanova y en el diario de James Boswell, donde se refieren al condón como "la armadura" o "el implemento de seguridad" para protegerse de las enfermedades venéreas. Sin embargo, Madame de Sevigné escribió que su uso era más bien como contraceptivo y anotaba que era ante todo "una armadura contra el placer" y que su seguridad contra las enfermedades era la misma que podía dar "una tela de araña". En ese siglo los condones se hacían del intestino ciego de la oveja, se cortaban, se maceraban en una solución salina, se colocaban al vapor, se soplaban, se secaban bien y se empaquetaban. Su fabricación era muy costosa, se hacía por encargo, era laboriosa y por lo tanto solo al alcance de las personas adineradas, que tenían la mala costumbre de lavarlos y seguirlos usando.
Los condones de caucho se produjeron en masa después de 1844, cuando Charles Goodyear patentó la vulcanización del caucho, volviéndose de un solo uso a pesar de lo cual muchos los lavaban, los lubricaban con ungüento de petróleo y lo guardaban en pequeñas cajas de madera que mantenían en su mesa de noche. En la Primera Guerra Mundial, el ejército de los EE. UU. fue el único al que se le prohibió el uso de condones y por consiguiente fueron las tropas que presentaron la más alta tasa de enfermedades venéreas La razón: el uso de condones era inmoral y anticristiano.
La producción masiva de condones de latex no comenzó hasta la década de 1930. En 1935 la producción diaria de condones en los Estados Unidos fue de millón y medio. La tecnología para su fabricación continuó mejorando: la fabricación del látex se simplificó, la producción de condones se automatizó y el producto se hizo más barato, elástico, delgado y seguro. Lo paradójico era que los médicos estaban autorizados a recetar condones a los hombres para que previnieran el contagio de sífilis y gonorrea, pero no podían recetarlo a las mujeres como método para evitar la maternidad no deseada. Durante la Segunda Guerra Mundial, los líderes militares tuvieron una actitud más realista acerca de los condones. Eran conscientes de que si no prevenían las enfermedades venéreas, los costos de salud pública iban a aumentar dramáticamente y las enfermedades a extenderse en el país cuando regresaran los combatientes.
Tras la liberación sexual de los ’60 su uso cayó en declive, hasta la aparición del virus del VIH, promovido como única barrera de la pandemia del sida. En la década de 1990 se introdujeron en el mercado numerosos y diferentes tipos de condones. Por primera vez se vendieron condones de poliuretano. En 1993 la producción anual de condones era de 8.5 billones. Hoy en día en supermercados, droguerías, máquinas dispensadoras, bares, farmacias y en muchos lugares públicos se expenden toda clase de condones: lubricados, con espermicida, muy sensibles, sensibles, delgados, muy delgados, extra-resistentes, de colores, rugosos, con múltiples aletas, con sabores a menta, vainilla, piña colada, para mujeres y para sexo oral, cortos, largos, gruesos.
Lo dicho, poneos el casco.
Pd: Pinchad aquí y veréis un vídeo que me hizo bastante gracia… Si hubiese la misma protección para el corazón, nos íbamos a ahorrar más de un disgusto…
Pd2: Tanto éste texto como el anterior son adaptaciones de estudios que leí por internet... que ni sé tanto ni tengo tiempo como para investigar en campos tan excitantes como los mencionados. Espero que os hayan llamado la atención tanto como a mí. Un beso y a los murcianos, disfrutad el puente.
[Canción recomendada: Slowtrain "Naturally" ]
12 Aeroguatutadas:
Im-presionante!
Me ha encantado, tanto este como el anterior (que ya pasé a un par de amigas mías, amigas del dildo).
Lo que no me ha gustado es que el título sea "y III"... acaso no habrá IV? no habrá V?
:-(
Un abrazo!
Qué madrugador... Tan temprano y ya pensando en estas cosas.
"Iluminado" por tu último post me pasé por la página de artículos eróticos del novio de la hermana de la mejor amiga de tu ex y, para mi sorpresa, han ampliado el catálogo. Ándate con ojo no te encuentres con un regalito fin de exámenes. :P
*Peibols: Por ahora no, hasta que encuentre otro texto interesante al que PLAGIAR...
Por cierto,trastornao me dejaste con la página ésa de "coco de mer", que en vez un sexshop parecía un viaje en el tiempo. Eso sí, había unas muñequeras de cuero negras superfashion que no me importaría tener... vamos, para ponermelas de fiesta que molan mucho.
*Shepperdsen-Castigador: A ver lo que me preparas, que yo me asusto fácilmente...
Pues la tienda (la de Londres) mola mil porque a la entrada hay una escultura dorada (que más bien parece oro macizo) de una chica tocandose los tobillos, por lo que le ves todo el orto y la vagina pero de espaldas.
No es muy grande pero mola mil.
Un must-visit cuando se va a Covent Garden (menos ir al Bigben y más de sexshops por Londres, hombreya!)
no podemos documentartelo pero sabemos que las tripas de cordero ya se usaron también el Egipto en la época que señalas.
Geniales las últimas ediciones. Saludos.
Lo del cerdo con alas, no entiendo el significado que tiene en las fotoa.
*Fisiologus: Gracias por el dato; yo siempre había creído que eran de tripas de animales, me ha sorprendido lo del "lienzo", que digo yo que siendo tela, muy anticonceptivo no era...
*Ignacio: Repito. Es una reinterpretación de un cuadro de Felicién Rops, el "Pornocrates", donde una mujer desnuda y con los ojos vendados, pasea a un cerdo, rodeada de cupidos. La fotógrafa Cathy César coge esa imaginería y la mezcla con la suya propia (sometimiento, cuero y demás cultura sadomasoquista)
http://www.ciger.be/rops/oeuvre/new/
No si veo que este tipo de posts(sen-sexuales), tiran mucho.
Cuantos comentarios?
A mí lo del consolador de boñiga de camello me ha llegado al alma... ouch! Es sorprendente la cantidad de juguetes que sacan y siguen sacando, no? Tienes preparado algún post en plan bonus track sobre la famosa sillita esa multiusos para darse el gustazo uno mismo consigo mismo? ;P
*Ignacio: Ya estamos con los tamaños y demás, cuando lo importante no es la cantidad, sino la calidad, ejem...
*Marsónico: Mi conocimiento es limitado... ¿te refieres a la silla que hay en el Museo Erótico de Barcelona?
Yo me conformaría con usarlo de vez en cuando... Que hace casi dos años me compré una caja de 6 de durex tejanos y aún no sé cómo quedan.
Diosmío qué triste es mi vida sexual...
Diosmío qué triste que es mi vida...
No me gustan los derrotismos. Hay rachas buenas y rachas malas, el vaso está medio lleno o medio vacío, según lo mires. Y si te pones a pensar, seguro-seguro que has tenido épocas peores que, gracias a Dios, están ya en el olvido.
Lo digo porque a mí también me pasa a veces lo mismo.
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