Siete de siete (y VII): Soberbia

Y acabamos ya con la serie de los pecados, que cuando me pongo pesaíto no me gana ni Dior...



Orgullo/Soberbia (Latín, superbia)

En casi todas las listas, el orgullo es considerado el original y más serio de los Siete Pecados Capitales, y de hecho, es también la principal fuente de la que derivan los otros. Es identificado como un deseo por ser más importante o atractivo que los demás, fallando en halagar a los otros.





La virtud a la que se contrapone es la humildad: calidad o característica humana atribuida a toda persona que se considere un ser pequeño e insignificante frente a lo trascendente de su existencia o a Dios. Una persona humilde generalmente ha de ser modesta, alguien que no piensa que es mejor o más importante que otros. No debe ser confundida con la humillación, que es el acto de hacer experimentar en algún otro o en uno mismo una avergonzarte sensación, y que es algo totalmente diferente.

El demonio al que se asocia este pecado es Lucifer (o “El que da la luz”), un querubín que se opuso orgullosamente a Dios y fue desterrado al averno. Y el castigo que se relaciona con la soberbia es la rueda: La primera parte del suplicio consistía en atar firmemente al reo en un banco o en una cruz (para acceder con comodidad a las extremidades), tras lo cual el verdugo procedía a triturar, mediante una barra de hierro o cualquier otro instrumento, todos los huesos y articulaciones del condenado. La operación debía hacerse con cierta técnica, pues era preceptivo que el condenado no muriera por un derrame interno. No se le golpeaba, por eso, la cabeza, que quedaba intacta.

El objetivo era que las extremidades pudieran ser dobladas y dislocadas por numerosos sitios. Tras esto, el reo era colocado en una rueda de carro, de manera que los tobillos tocaran la cabeza, para lo cual las piernas debían dislocarse hacia arriba, poniéndose los brazos de manera que recorrieran todo el perímetro de la circunferencia. Tras esto, se enganchaba la rueda en un eje que a su vez se clavaba en el suelo, quedando la rueda elevada y en posición horizontal, con el condenado sobre ella. Si tenemos en cuenta que al reo también se le rompían las costillas, lo que hacía que la respiración fuera extremadamente penosa, la condena a «ser quebrado de arriba a abajo y luego llevado a la rueda» significaba una muerte lenta y dolorosa que se podía prolongar durante horas, e incluso hasta un día.



[Canción recomendada: Paris Hilton "Stars Are Blind"]

9 Aeroguatutadas:

Txe Peligro 06 diciembre, 2007 11:30  

joder, con la rueda

Anónimo 06 diciembre, 2007 11:47  

Yo decía antes lo de que "ya que no tengo ninguna virtud, estoy perfeccionando varios pecados", pero viendo los castigos que hay... casi que lo voy a dejar.

Anónimo 06 diciembre, 2007 19:02  

Bem, mas que descrição tão detalhada para este castigo!!! Parece que estava mesmo a pensar em alguém específico a quem gostaria de aplicar este suplício... (pelo sim pelo não, deixe-me avisar que eu sou muito humilde, quase um Beneditino!).
E para provar que sou mesmo um (quase) santo, aproveito para fazer a minha boa acção do dia e pedir-lhe que traga Espargos Murcianos para o Sr. Shepperdsen que anda muito carente (ver o último post dele).
Não é um produto que se coma muito em Portugal e ele está com muitas saudades dos seus cozinhados...

Sr_Skyzos 06 diciembre, 2007 23:27  

*Txe: Ya te digo, es una cosita sencilla, sin muchos detalles...

Bienvenido por estos lares, y muy intersante su blog.

*hm: Los cristianos, cuando se ponen estupendos lo son hasta para inventar torturas.

*Tocayo: Eah, entre pipas, hojas de limonero para hacer paparajotes y espárragos, no me dejan entrar a Portugal fijo. Se van a creer que voy de contrabando o algo asín.

Meg 07 diciembre, 2007 19:28  

Sí, yo también peco de soberbia.

Shepperdsen 08 diciembre, 2007 02:22  

Menos mal que con esto y un bizcocho se acaban los pecados capitales. No me malentiendas, cari, pero es que cada vez que leo las penas que se aplicaban en cada uno de ellos, me entra una dentera que...

Sr_Skyzos 08 diciembre, 2007 09:23  

*Meg: Todos pecamos de algo.

*Shepperdsen: Tranqui, no te malentiendo. La idea me pareció graciosa (los pecados capitales y Lachapelle), pero ha sido un pestiño y no veas las ganas que tenía de publicar el último. No creo que haga una serie tan larga en muuuucho tiempo.

Anónimo 08 diciembre, 2007 17:45  

Si no fuera porque el programa Simple Life tiene su gracia, la cogía y la colgaba con el cable del micrófono.

Todo esto, desde el cariño, claro.

Sr_Skyzos 09 diciembre, 2007 09:37  

Es para colgarla sin cariño ninguno. Claro, que seguro que hace negocio hasta de éso.



Aeroguatutú, que se llama "aero" porque vuela, "gua" por que va por el agua y "tutú" porque, cuando rueda por la carretera, hace "tú...tú..."


Boy Lornsen.


{elaeroguatutu@hotmail.com}