Ha llegado el día.
Cuando uno asume su sexualidad, se acerca a la Gayficina Púbica del Estado para recoger su kit de bienvenida:
_un disco de “Petardas de la Historia”; extenso y pormenorizado recopilatorio donde cabe Sara Montiel, Marlene Dietrich, Roser y Dana Internacional.
_el consabido radar para identificar a todos los mariquitas a cien kilómetros a la redonda (¿o si no cómo creéis que lo sabemos?, ahora, tengo que ir a pedir la versión 2.0 porque a las maribollos no las distingo…)
_la última edición actualizada del “Who is who?” (¿Eres gay? Ah, pues entonces conocerás a un amigo mío… -claaaaro, a los cuatro millones de homosexuales de España, hacemos una barbacoa una vez al mes, no te jode….-)
_tu perfil del gaydar, que todo mariquita que se precie tiene que tener su escaparate bien mono y bien limpito en el mercado de la carne.
Me lo hice hace muuuucho tiempo, en un arrebato para conocer a gente con la que relacionarme a distintos niveles; hablar de música, sexo, cine, sexo, literatura… ¿he dicho sexo? Pues eso. Lo de tener conversación y conocer a personas interesantes o con lugares comunes sí se ha cumplido. Lo de quedar para llegar a un encuentro más íntimo, pues como que no. Las pocas roscas que me haya comido no han sido gracias al perfil. ¿Por qué? Pues porque sigo pensando con la cabeza de arriba y no he quedado con nadie, aunque fuera para un mísero café, hasta que no me he asegurado que: a) ni se tatúa el nombre de sus amantes con el cuchillo jamonero y b) no conserva sus cabezas en el congelador al ladito de la menestra…
Sí, encuentras gente agradable e interesante, pero después de hacer una limpieza de malas hierbas. Ejemplos:
_”Busco amistad y no sexo" (Entonces, ¿cómo explicas lo de tu foto en bolas donde no se te ve la cara?)
_”Lo importante es el interior, no busco sexo" (Ya, pero enchufas la webcam y ya estás sin camiseta y enfocando hacia…)
_"Amistad y lo que surja" (Y lo primero que surge en la conversación es el tamaño de tu entrepierna y si eres top o bottom...)
Luego apareció él. Y no, no lo conocí vía gaydar, pero, cual Ane Heche y Ellen Degeneres en ese capítulo de “Los Simpsons” (somos lesbiaaaanaaaaas), enlazamos los perfiles, dejando las cosas algo claras para salidillos desaprensivos. Con el tiempo, y viendo que lo que necesito ya lo tengo y que ni siquiera saber el grado de (des)armarizados de mi región me apetece, he llegado a la reflexión: ¿pa qué?
Pues eso, bye, bye gaydar. El que quiera algo ya sabe dónde estoy y cuáles son las reglas del juego.
Dedicado a Chepe, Hellman, Okum, Nacho, David, Cortázar62, y Alfaromeo.
Pd: ¿A que son monas las fotos de la página de presentación?
Pd2: Para los morbosos, los perfiles de mi niño y del mío contenían fotos castas y puras donde la carne que se enseñaba era la de la cara y los brazos, así que, dejad de elucubrar.
[Canción recomendada: Tiga “You Gonna Want Me”]