Tenía pensado cerrar la serie con el post de la semana pasada, ya que no pienso colgar el Canomori Session de este año hasta que no se haya celebrado la entrega de premios… pero hete aquí que, a veces el destino se cruza en tu camino, y te dan ganas de colgarte algunas medallas.
Porque, tía osea, la comisión canomoriense somos lo más. No seguimos las modas. Las creamos: rescatamos hace tiempo a la Bibi Andersen de “Lady Champagne” antes de su “Hormigas Blancas”, nos interesamos en la música de Bollywood antes de que M.I.A. empezara a dar follón con su “Jimmy”, descubrimos al respetable de esta parte del Levante a una artistay no puedes más de la talla de la Trasobares y las maravillas que se pueden hacer si se tiene un pie de micro.
Y ahora ella. Si ya fue icono de nuestra vena trash el año pasado en la edición “Canomori Varietés”, por ser murciana y por llegar incluso más lejos que Bárbara Rey sin enseñar las tetas, resulta que Charo, después de tener una conversación telefónica con Fuensi estas navidades pasadas y ponerse al día de las cosas que habían pasado desde que se vieron en la casa de Esperanzica (hija nos tenemos que ir), ha tenido el buen gusto de apoyar el certamen de este año sacando un disco de remixes de “España Cañí”. No hay mejor broche para cerrar cinco años de Canomori que la salida al mercado de este sédé. Un guiño, una broma privada de amigos, entre Fufú Pompón y su querida Cuchi-Cuchi.
Sí, señoras y señores, una obra magna de la música contemporánea, que se puede colocar al lado de otros ejemplos como “Thriller” de Michael Jackson, “Ray of Light” de Larrubiahijadeputa o “Papitoelmío” de Los Mojinos Escozíos.
Charo Baeza es una artista “a medio camino entre la mortadela y las porcelanas de Lladró” (Emilia Landaluce dixit) que lo mismo participa en un reality show (“Viva Hollywood”) donde elegir al próximo galán de culebrón, como recibe las llaves de la ciudad de Las Vegas, preside la Semana Oficial de Charo en San Francisco o consigue, recordando su papel de April López en “Vacaciones en el mar”, un contrato en exclusiva con la naviera Royal Caribean International:
Porque, tía osea, la comisión canomoriense somos lo más. No seguimos las modas. Las creamos: rescatamos hace tiempo a la Bibi Andersen de “Lady Champagne” antes de su “Hormigas Blancas”, nos interesamos en la música de Bollywood antes de que M.I.A. empezara a dar follón con su “Jimmy”, descubrimos al respetable de esta parte del Levante a una artista
Y ahora ella. Si ya fue icono de nuestra vena trash el año pasado en la edición “Canomori Varietés”, por ser murciana y por llegar incluso más lejos que Bárbara Rey sin enseñar las tetas, resulta que Charo, después de tener una conversación telefónica con Fuensi estas navidades pasadas y ponerse al día de las cosas que habían pasado desde que se vieron en la casa de Esperanzica (hija nos tenemos que ir), ha tenido el buen gusto de apoyar el certamen de este año sacando un disco de remixes de “España Cañí”. No hay mejor broche para cerrar cinco años de Canomori que la salida al mercado de este sédé. Un guiño, una broma privada de amigos, entre Fufú Pompón y su querida Cuchi-Cuchi.
Sí, señoras y señores, una obra magna de la música contemporánea, que se puede colocar al lado de otros ejemplos como “Thriller” de Michael Jackson, “Ray of Light” de Larrubiahijadeputa o “Papitoelmío” de Los Mojinos Escozíos.
Charo Baeza es una artista “a medio camino entre la mortadela y las porcelanas de Lladró” (Emilia Landaluce dixit) que lo mismo participa en un reality show (“Viva Hollywood”) donde elegir al próximo galán de culebrón, como recibe las llaves de la ciudad de Las Vegas, preside la Semana Oficial de Charo en San Francisco o consigue, recordando su papel de April López en “Vacaciones en el mar”, un contrato en exclusiva con la naviera Royal Caribean International:
Vale. Mae West decía que las niñas buenas iban al cielo, y las malas a todas partes. Pues algo parecido se podría decir de Charo: Si uno es listo, llega a muchos sitios. Pero si se hace pasar por tonto, llega a donde quiere. Y tener la inteligencia suficiente como para aparantar ser sólo una pizpireta más, no está al alcance de pocos. Ni te cuento ya ser tan tonta como para hablar cinco idiomas y tocar la guitarra con tal maestría...
Si hay que seguir el ejemplo de una rubia que ya ha pasado de los 50 y con un escote peculiar, yo elijo a ésta. Así Jaime Cantizano puede dormir sin apretar el culo...
[Canción recomendada: Charo Baeza “España Cañí (Twisted Dee's Brazilian Samba)”]
8 Aeroguatutadas:
Ay, Ehpaña cañí!!!, este Canomori será legendario (y no lo digo por mi participación estelar,jeje)se batirán records, se provocarán ovaciones, habrá desmayos, llantos y rezos...¡¡va a ser memorable!! (y esto si lo digo porque yo haré el memo)
¡Pero aún vive esta mujer?!, debería tener 12 años cuando estuvo con el Cugat o de lo contrario ha pasado ampliamente de los 50, 60 ... Y sí, ya sé que está feo hablar de edad sobre una señora y más una recomendada del Canomori Festival 2008.
Y desde luego que tenéis arte para elegir las divas de cada año!
He acertado. Ella dice que nació en 1951. Pero se casó con Cugat el 1966...¿con quince años?.
No, la versión oficial -que no ella- dice que nació en 1941, aunque ella insiste en que es al revés, que esta fecha la falsificó con ayuda de la familia para poder casarse con Cugat a los 15 cuando él tenía ¡66!.
Y dice la Wiki que ella inventó lo del Cuchi cuchi.
Tremenda!
*Negro: Tú ya sabes tu papel... ¡a saco!
*Peritoni: Usted tranquilo, que lo de la edad de esta mujer es un tema de interés general. Como saber en qué clínica se compró esa nariz y cómo sigue teniendo pelo después de esos tintes abrasivos... ¿Alguien ha dicho la palabra peluca?
Lo mejor, que su web sea Charo.com
de verdad, cuánto glamour, cuánto arte, cuánto saber estar... y qué peaso de página web! me voy a hacer fans de charo desde ya.
madre mía, a mí me recuerda a programas tipo "minutos musicales" que ponían de relleno en las tardes de verano dominicales...
Charo Charito Charo
Cuando salió en la gala Murciakeferbosaeres, parecía la novia de Chucky despues de haber metío los dedos al enchufe.
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