Tenía un post a medio, en esta funesta e intermitente cuenta atrás, sobre cómo distinguir a un mentiroso, donde enumeraba las
cuatro claves que servirían para desenmascararlos y salir por peteneras en dirección contraria.
Pero últimamente no me encuentra en mi mejor momento. Anímicamente hablando.
Elige el campo que quieras.
También es verdad que todo viene condicionado al ataque de ciática que me dio hace unos meses y que de vez en cuando vuelve a hacer un amago, para que no olvides que sigue ahí.
Como el jueves pasado, que fue tal el agobio de sentirme un inútil que me falto un pelo de gamba para ponerme a llorar.
Es entonces cuando me acuerdo de dos personas que tengo muy cerca: mi madre y una amiga. No sé cómo lo hacen. Y no sé cómo yo por algo tan nimio en comparación tengo derecho a quejarme.
Mi madre fue una de las primeras personas que conozco a la que le detectaron
fibriomialgia. La lleva sufriendo desde hace muchos años, tantos que ha tenido que soportar cómo su médico de cabecera la trataba de loca para arriba. Porque no había pruebas físicas que pudieran refutar los dolores que decía tener. Con el tiempo, el asunto parece haberse ido formalizando y ya es algo más conocido por el gran público. Sí, incluso para el dicho médico de cabecera.
Mi tía y las amigas de mi madre no paran de decirme de que está peor de lo que ella dice. Y es verdad, pero ahí la tienes, al pie del cañón. Pocas veces habla de lo que le pasa, pero si sale alguna noticia en la tele o en la radio, se suelta y te comenta que había noches que se levantaba sintiendo que tenía agujas en la cama, que sentía que le estaban quemando y arrancando la piel. Y termina diciendo que si hiciera caso a los dolores que le suelen venir, no se levantaba de la cama.
Y todo eso con una sonrisa.
La otra
Wonder Woman es una
"amiga de toda la vida". De las que quedan pocas. Gente viene y se va, pero ella sigue ahí. Incluso a veces como la voz incordiosa de tu conciencia, ese
Pepito Grillo al que te gustaría callar porque te dice cosas que no quieres escuchar, pero son verdad.
No voy a decir mucho de ella porque es una persona a la que no le gusta hablar mucho sobre sí misma. Por humilde y por discreta.
Y porque la capulla todavía se pasa por aquí de vez en cuando...Sólo decir que ya lleva alguna operación de espalda y que la última vez que fue al médico, éste le preguntó que qué quería. Ella le contestó que sabía cómo estaba y que sólo quería quedarse igual, sabe que es consciente de lo que tiene y que no espera ser una
Nadia Comaneci.
Y todo eso con una sonrisa.
Dos mujeres que con su forma de vida son un gran ejemplo a seguir. Sin aspavientos, ni gritos, ni elevando sus penurias en alta voz.
A ver ahora quién tiene los santos cojones de agobiarse por una simple ciática.
Pd: Sí, la canción es de Prince porque sé que te jode. ;)[Canción recomendada: Prince & The N.P.G "The Morning Papers"]