Marramaiauuuuu...


Siempre se van las mejores.

Si ya nos vimos privado de la persona de Ángela Channing hace un tiempo, y de la buena mala uva de Sophia Petrillo, ahora la que ha dado el adiós final sin derecho a bis ha sido Eartha Kitt. (Afortunadamente Nati Mistral sigue viva, pero ya veremos lo que tarda El de ahí arriba en llevarse para El Otro Barrio su sonrisa impertérrita.)

Ese ser, un híbrido que saldría de cruzar a Gizmo con la Emperatriz Infantil, que nos dio canciones tan redondas como “This is my life”, “Where is my man” o “I love men” (con una estética heredera de “Honcho” y la peli de los Village People), pero que fue algo más que un personaje pop.

Hija de un recolector de algodón y de una india cherokee, la primera Catwoman negra (Gatúbela para los del Cono Sur) de la serie de “Batman”, personaje al que le dio forma con su extravagante físico, más felino que humano, que ya quisiera para sí Jocelyn Wildenstein. Tuvo una carrera musical bastante interesante, con temas como éste “C’est si bon”:



A pesar de tener cáncer desde hacía casi tres años, estuvo actuando hasta el último momento, incluso tenía actuaciones comprometidas para el 2009.

Descanse en paz. El cielo se ha llenado de ronroneos y enarcamientos de cejas que desmontaron a más de uno y de dos.



[Canción recomendada: Eartha Kitt “C’est si bon”]

Luces navideñas


Belén montado. Árbol con los adornos. La guirnalda puesta en la puerta. Luces navideñas en la ventana. Manteles rojos y verdes preparados. Las gambas están ya en el frigorífico.

Este año puede que seamos alguno menos en la mesa, aún así seguirán las mismas coñas. Como que el abuelo se tomara las uvas de Nochevieja a las doce menos veinte y aún así acabara a las doce y cinco. O que la abuela comiera gambas a la plancha pelándolas a tal velocidad que pareciera imposible seguirle el ritmo (la mano es más rápida que el ojo, la mano es más rápida que el ojo), y que después de estar cantándole más de una hora villancicos te diera un billete de cinco euros (genio y figura, la única en España que redondeó el euro a la baja, porque antes caía uno de mil pesetas.) Cómo recuperar la infancia perdida en dos minutos, porque parecían dos criajos que acababan de hacer una trastada.

Pero también puede que seamos alguno más. Vale, se ha retrasado unos días, pero es que el chiquillo ya es tan bueno que no ha querido quitarle protagonismo a ése que nace todos los años por esta fecha. Y por no darle la Nochebuena a los progenitores, que no sé yo cómo será el menú del hospital esos días... Pero que tiemblen los dos culpables que los Reyes sí que los pasará entre nosotros. Y por tíos postizos que no sea, que ya le han salido por lo menos seis o siete. Tíos, primos, abuelos y como se descuiden los progenitores, hasta padres.

Y los típicos regresos. Como el anuncio del turrón. Aunque nuevas épocas requieren nuevos escenarios. Ya no viene el quinto de la mili haciendo autostop, ahora viene del extranjero-no-tan-extranjero vía puente aéreo. A esperarlo en el aeropuerto.

Ah. Feliz Navidad.

Pd: Cuidado con las almejas de carril...

[Canción recomendada: Barbara “Joyeux Nöel”]

Once contra once


Sábado por la tarde. Cuando la opción más interesante, después de zapear por todos los canales de la TDT, es engancharse al Chef Tony y sus maravillosos cuchillos de teletienda, lo mejor que se puede hacer es apagar la tele y rebuscar entre todas esas películas que tienes pendientes por ver.

Eliges al tuntún una de las que has encontrado en una página de temática gay y te quedas con “Eleven Men Out”, o cómo afrontar, a modo de (¿)comedia(¿), el outing de un jugador de primera división en la liga islandesa. Y se llegan a varias conclusiones:

_Que sigue sin gustarme el fútbol. Si Beckham no lo consiguió, esta peli tampoco.

_Que de Islandia me quedo con la esquimal loca de Björk, porque no entiendo para nada su sentido del humor.

_Que si el momento de mayor tensión de una película de una hora y veinte minutos pasa al minuto cinco, mal vamos.

_Que por muy bueeeeeno que esté el protagonista (que lo está, que lo está), no se puede sostener un metraje en observar esos ojillos, esos morritos, los duros pectorales, esos glúteos marcados como piedras… Ejem, que me pierdo.

_Que ya me vale a mí después de haber visto “Fucking Amal” allende los tiempos como para picar otra vez con eso del cine escandinavo.

_Que el cine islandés y el iraní comparten una misma característica: son un peñazo. Y como Antonio Gasset Dubois anda ya prejubilado, no hay nadie que lo pueda defender.

_Y que podía haber sido peor la cosa… ¿Os imagináis el remake americano protagonizado por Jim Carrey y Cuba Gooding Jr? Chabacanismo en estado puro. Y por lo menos, no es el caso. Lo más gay ha sido compartir el acondicionador en los vestuarios y el “I Am What I Am” en islandés...

[Canción recomendada: Los Inhumanos “Me gusta el fútbol”]

Temperatura ambiente




Leches.

Con el frío que hace tiene uno las meninges arrepretujaícas, sin ganas de hacer ná de ná (de ná de pan de ná de ná, como diría Pastora), que es sonar el despertador, asomar la patica por debajo del nórdico (nivel térmico 4, un asadero de pollos de andar por casa) y helársete hasta el alma, o la cencerreta en su defecto (para aquellos que, como un servidor, creemos que lo de tener alma está pasado de moda…)

Si esto pensando en ponerme una sonda y así no tener que sacar la churra del pantalón para que no se me hiele el pajarito (que para lo que lo uso últimamente), mucho menos hacer un uno contra cinco… ¿Cómo cojones queréis que actualice el blog, si el ordenador lo tengo en todo lo alto de la casa familiar, en una buhardilla que hace que el cuento de la cerillera de Andersen parezca que sucede en el Trópico?

Desde aquí mi más sentido homenaje a las mujeres de carrera que hacen la calle estos días… ¿En Rusia se pondrán varias capas de ropa, un salto de cama Damart-Termolactic, un abrigo de pieles y un cartel que ponga “puta” para que no se hielen las pobres?

He dicho.


[Canción recomendada: Fangoria “Descongélate”]

Diez vídeos que me la ponen gorda

Tengo un binomio de post por ahí dando vueltas, pero es que los pobres no quieren salir, entre que tengo que ordenar y sacar la basura de mi celebro y que la señora Inspiración se fue por tabaco y nunca volvió, pues como que copypasteo el post de Peibols, y me quedo más ancho de lo que estoy tan ancho.

Vale, diez vídeos musicales que me ponen a tono, sin ningún orden establecido. O por el vídeo o por la canción. Y más de uno se va a sorprender…





1. Take That – Pray. Sí, niñas y niños, es de la prehistoria, pero look back sin anger te das cuenta de que cuando ponían este vídeo empezaba a picarte un poco la entrepierna, así que no está de más reconocer lo propio. Por supués que yo sólo tenía ojos para Jason y Robbie (el enano de Marc Owen para quien lo quiera, a los otros dos no les hacía ascos, todo sea dicho.)





2. Lisa Stansfield – Never Gonna Give You Up. La canción de por sí hace ya que me ponga a ronronear cual gata en celo, pero es que es ver el vídeo y todo el morbazo ése de pasearse en bolas por las calles de Lisboa, pues qué quieres que te diga. (Nota para el Sr. Shepperdsen: NO HAGA LO DEL VÍDEO QUE PILLA UNA PULMONÍA.)[Actualización: El vídeo de Lisboa de Miss Stansfield es éste. Gracias al afán investigador de mi futuro marido, se ha descubierto el pastel, por algo tan simple como "en casi los dos años que llevo en Lisboa no he pisado una baldosa y en el vídeo hay aceras con baldosas". Tocotó.]







3. Janet Jackson - If. Juanita Ya-Son Las Diez De La Noche tiene temas que no están mal, pero este me enganchó desde la primera vez que lo escuché. Sí, sexo de diseño, pero como todos los vídeos musicales, ¿o no?







4. Kylie Minogue – One Night Like This. Muy hetero estaré saliendo con los vídeos, pero es que sale para pegarle un muerdo. Donde ella quiera.







5. George Michael – Fastlove. Jatetú que hasta el Jorgemiguel sale bien y todo en el vídeo, con el asquito que me suele dar. Me encanta la música, me encanta la letra, y me encantan los maromos que salen. Sí, hasta le primo del productor. Sí, ese que sale dos segundos sentado en una silla y con más ropa que todo el reparto junto.





6. Martin Solveig – Rocking Music. Qué queréis que os diga, pero me pones un vídeo morboso y ya me tienes enganchado. Y la primera vez que vi éste fue en una discoteca y me quedé flipado, por el rollo Grace Jones que tiene y porque luego la señora es hasta guapa.


Y ya vamos a ir subiendo, a partir de aquí ya me tacháis de loco seguro.




7. Madonna – Human Nature. La canción me gusta, la coreografía está genial. Y el rollete cuero-látex-dominación-sumisión ni te cuento. Sí, soy un pervertido.





8. Placebo – Taste In Men. O el juego de los equívocos. Aquí todavía Brian Molko tenía su pelo de rata intacto. Ahora el pobre lleva unos pelucajos que no se los cree ni borracho de gingerale. Y es que no se puede ir de ambigua por la vida con una bola de billar por cabeza.





9. Depeche Mode – I Feel Loved. Sí, una caja de ritmos y soy tuyo. Hasta una lavadora tartamuda me parece música.




10. Marilyn Manson – Long Hard Road Out Of Hell. Ok, id pidiéndome cita con el psicólogo, que me lo he ganado.

Ale, a ver si alguien sigue el meme. Pasad buen finde.


[Canción recomendada: Elige la que más rabia te dé de las de arriba]

Platos combinados




Elige dos sabores que te gusten. Fuertes, de carácter intenso.

Por ejemplo. El chocolate blanco. Dulce, dulcísimo. Blando, que se puede partir en onzas e ir comiendo poco a poco. O coger directamente la tableta e ir pegándole bocados. Se puede rayar y poner por encima de otro dulce, se puede fundir y hacer una pasta para rellenar un bizcocho.

Por otro lado, la salsa brava. Que tan bien queda con las patatas de cualquier tipo (asadas, fritas, salteadas, cocidas), incluso con la carne. Un punto picante que no se puede olvidar fácilmente.

Sabores contrapuestos que nunca mezclaría en un plato. Así está mi cabeza últimamente. De un punto a otro del espectro. Aunque nunca se sabe hasta dónde llegará los descubrimientos de la nouvelle cuisine.


[Canción recomendada: Weezer “The Sweater Song (Kitchen Tapes)”]

Micropost (XLI): I am a red hot kitchen

Banda sonora para las noches de invierno. Un clásico entre los clásicos.






A ver si vuelven por estos fueros. Si les dejan.


[Canción recomendada: Garbage “Milk”]

Obediencia. Pobreza. Castidad.



Los tres votos que realiza todo aquel que quiere llevar una vida religiosa, apartado del mundanal ruido en un convento.

¿En serio?

La historia del siguiente convento podría ser aplicable para unos cuantos (no quiero decir que todos sean lupanares, pero cuando el agua suena, etcétera) y para una época concreta:

El convento de San Zacarías está intrínsecamente relacionado con la fundación de Venecia, en el siglo V. Tal es así que las religiosas de este lugar vendieron al dogo (el máximo representante político de la ciudad) una huerta que tenían donde se construyó su palacio y la Iglesia de San Marcos…Nada, un trocillo de tierra que tenían sin dar uso... Desde entonces se selló el destino entre nobleza e Iglesia.

En 1297, los patricios venecianos quisieron crear una nobleza propia, por lo que se estableció que sólo los descendientes de ambos padres patricios podrían heredar ese privilegio, siendo el primer vástago varón el único que dispondría de la fortuna familiar. Y las hijas solteras al convento, aunque está claro que no muchas estuvieran por la labor de pasar su vida haciendo dulces y bordando mantelerías. (Obediencia.)

Una vez allí, seguían manteniendo su rango: disponían de sirvientas, su ingreso se celebraba con una fiesta y recibían la dote propia de un matrimonio. (Pobreza.)

Debido a ciertos sucesos, el Gran Consejo dictó una ley en 1349 “contra aquellos que practican la fornicación en los conventos”, con medidas tales como que los capellanes de las monjas tenían que tener un mínimo de edad de 50 años, y los confesores no menos de 60: en resumidas cuentas, lo que se dije una auténtica mojama italiana. Es más, el terremoto de 1510 fue considerado un castigo divino por las “cortesanas deshonestas que convirtieron los conventos en sus burdeles.” Dentro de esta línea, en 1514 se intentó clausuran San Zacarías, pero las monjas recibieron a los funcionarios a pedrada limpia, manteniendo su convento y su preciado locutorio, que siguió siendo el objeto de los corrillos venecianos, donde lo mismo se repartían indulgencias que se batían en duelo dos caballeros por las atenciones de una novicia. (Castidad)



El locutorio de San Zacarías era bastante amplio, (lo que permitía celebrar bailes) y, a pesar de que existía una reja que separaba a monjas de las visitas, ésta no impedía ni la conversación ni las caricias. Casanova, en sus memorias, cuenta que una monja le enseñó cómo se podían abrir cuatro recuadros y permitir el paso de un hombre.

A mediados del siglo XVIII, el Barón de Pöllnitz encontraba el hábito más galante que modesto: “Sus faldas son tan cortas que dejan ver los tobillos, suelen llevar el escote al descubierto y sólo se cubren cuando van al coro, envolviéndose en un manto de finísima lana blanca que llega hasta el suelo.” Tampoco era necesario que tuvieran que prescindir de sus cabellos, simplemente debían llevarlos recogidos en una cofia, y viendo cómo era el resto del hábito, seguro que tampoco se quedaba a la zaga.

El descubrimiento de nuevas rutas marítimas de comercio hacia América y alrededor de África hizo que el poder estratégico como puerto de Venecia fuera perdiendo importancia, y con él, vino el declive de su clase alta y los conventos. San Zacarías fue secularizado en las guerras napoleónicas. Actualmente este centro de santidad fuera sirve de cuartel de los carabinieri… ¿Os que todas las monjas iban a ser como Sor Citröên o Sor Yé-Yé?


[Canción recomendada: Diana King “Say A Little Prayer”]



Aeroguatutú, que se llama "aero" porque vuela, "gua" por que va por el agua y "tutú" porque, cuando rueda por la carretera, hace "tú...tú..."


Boy Lornsen.


{elaeroguatutu@hotmail.com}