…y es que yo no tenía ni idea de estas cosas, pero el cuadro explicativo de ahí arriba me ha dejado las cosas más claras. Vamos, que a mí me gustan con pelo, como que sí. Algo más que evidente, pero no sabía que hubiera tan nivel de especialización.
Con esto no quiero desanimar a mi numeroso club de fans con cuerpos apolíneos, torneados con horas y horas de gimnasio que sean lampiños de carácter natural. Que yo amo a todo el mundo, que conste. Pero que uno no tenga vello corporal es una cosa y otra distinta que se opte por la depilación... Sólo defendible si el único pelo-en-pecho que se tiene son tres vellos mal contados (y kilométricos) alrededor de la aureola de los pezones y en medio del pecho, como si fuera un postizo casero a base de estropajo de esparto…
Varias frases avalan la defensa del vello corporal: “donde hay pelo, hay alegría”, “el que se para en el pelo, no come tocino”, “el hombre y el oso, cuanto más peludo, más hermoso”... Todo lo que hemos aprendido con la sabiduría popular no se paga con ninguna crema depilatoria... Frases como ésta y la de “nunca digas de esta agua no beberé, este cura no es mi padre y esta polla no me cabe” deberían de estar escritas a fuego en el dietario de cada uno. La conclusión respecto a mi defensa de la no-depilación es… ¿Habéis visto un pecho con cañones? Pica, raspa, rasca, y encima es más antierótico que imaginarse a los señores de Aznar en una sesión de bondage y sumisión.
Y ya puestos, de los modelos que hay en el bonito recuadro que aporta esta inútil disertación (eah, todo sea porque el mes de marzo acabe con un número redondo de posts) como que me quedo con sus candidatos número 2 y 3, que la variante “Sagittal” viene muy bien para primerizos, despistados y todo aquel que le apetezca juguetear al “sigue la flecha” (que para algo a ese hilillo de pelos se le conoce como “el raíl de la felicidad”), y el modelo tipo “Acuminate” también tiene su aquél, como una especie de Kinder sorpresa. Porque parece que no, que no hay tanto pelamen, y conforme vas desabrochando la camisa… tocotó. Ahí tienes lo que falta.
A los que nos encontramos en el nivel “Disperse” no nos queda más remedio que pasarnos de vez en cuando la máquina cortapelos para ir fresquitos sin renunciar a nuestra capa de vello corporal. Que una cosa es comer tocino sin pararse en el pelo y otra distinta es que tu partenaire de juegos sexuales acabe en urgencias regurgitando bolas como un gato cualquiera.
Pd: Sí, ya. Que me calle y me vaya a dormir...
[Canción recomendada: Bearforce 1 “Shake That Thing”]