Ojos de acero en la era del automóvil


“No copies jamás. Crea un estilo nuevo”

Tamara de Lempicka


Nunca copió. Siempre supo lo que quería: lujo, belleza, placer. Hedonismo puro y duro. Si para llegar a su meta prefijada tenía que casarse y abandonar su Polonia natal, no importa. A ella le era indiferente que en Rusia no tuvieran pan para comer. “Que coman croissants”, se podría pensar que dijo, en un momento de (¿)lucidez(¿) al comparar el tren de vida de los Lempicki con el del pueblo soviético.



Revolución rusa. Encarcelamiento de su marido (liberado a cambio de ciertos favores), huida a Copenhague y de allí, al París bohemio. Y la experimentación. Tamara de Lempicka se mueve en un ambiente que, sin llegar a ser tan sórdido como Berlín, le pone en bandeja un amplio abanico de posibilidades. Tanto en el campo del amor como en el de la pintura. Una belleza de hielo, que sabe la atracción que despierta en ambos sexos. Un vampiro de energía que capta lo que tiene a su alrededor (Cocteau, D’Annunzio, Garbo, Chanel) y lo transforma en un nuevo canon estético.


Novedoso, pero sin llegar a ser tan estridente ni arriesgado como el cubismo o el abstraccionismo, pues su obra va dirigida a la aristocracia. Lienzos planos, de los que emergen volúmenes tridimensionales, cuerpos desnudos (el eterno femenino) a medio camino de la deconstrucción en formas geométricas de mármol y aluminio. Mujeres etéreas y carnales. Iconos de una modernidad, llenos de latente sexualidad y decadentismo. (¿Por qué nuestra cultura occidental ve siempre como sinónimo de ocaso una civilización basada en el placer?)

"Crea una poética de la evasión, del lujo nihilista, un arte burgués en el que las corruptas capas adineradas de los años de entreguerras se reconocen: en ella está la elegancia, el snobismo, la pretendida sofisticación de unos medios que persiguen la espuma de la vida, unida al gusto por los pozos oscuros de los paraísos prohibidos que, frecuentándolos, otorgaban a esos burgueses aburridos el aura de una modernidad resplandeciente entre sus propios medios. Incluso la satisfacción por escandalizar al burgués comedido, tradicional, es una máscara, que retrocede horrorizada ante las palabras de Breton cuando mantiene que el arte auténtico tiende a la destrucción de la sociedad capitalista."


Me han fascinado siempre sus cuadros, y el halo de misterio que había detrás de ellos. Y me ha sorprendido mucho las similitudes que hay entre ella y Marlene Dietrich. Dos mujeres que vivieron como quisieron, si no saltándose las reglas, sí esquivándolas. Y lo marcadas que dejaron de por vida a sus hijas. Mutiladas. Al igual que la mantis religiosa hace con el macho después del apareamiento.

[Canción recomendada: Seven Rub “Chateau Rouge”]

13 Aeroguatutadas:

Peritoni 13 enero, 2008 19:18  

¿Ves?, siempre se aprende algo. No sabía nada de esta señora. UNa vida sin dudar muy interesante, como ya no se puede tener en la actualidad...

Anónimo 13 enero, 2008 20:50  

Yo soy un pavo y no puedo evitar mezclar obra y artista, y me temo ke Tamara era una pieza de cuidado ke no me cae nada bien. Si se busca la biografía adecuada se da cuenta uno de ke la chica era de armas tomar, de las ke mejor tenerlas bien lejos.

fisiologus 13 enero, 2008 21:27  

una de mis favoritas. saludos.

Sr_Skyzos 14 enero, 2008 00:10  

*Peritoni: Se puede tener. Pero está el sida, el Foro de la Familia y George Bush. Además de las cámras digitales y que tu ex cuelgue vuestros vídeos porno en xtube. Por ejemplo. Vamos, que está más complicá.

*Murciana Marrana: La gran bipolaridad el artista vs. su obra; porque hay mucho cabrón por ahí que es un genio (y me viene a la cabeza Picasso como ejemplo más claro.) Me enteré de ella después de fijarme en los cuadros, que si no, pensaba igual que tú.

*Fisiologus: Me alegro. Y mucho gusto volver a leerle por aquí.

Anónimo 14 enero, 2008 19:17  

Fusiforme:// Estoy de acuerdo con planetamurciano en k desde luego esta era de esas k es mejor tenerlas lejos k cerca... Pero no se puede negar la belleza de sus cuadros, los colores, las formas... Para mí estos cuadros son cuadros con clase, como su autora...
Y recuerda lo k te dije ayer, el mosqueo k pilló la Tamara al ver k Peggy no la había incluído en su colección de arte moderno a orillas del Gran Canal (chuminos devoradores, ya sabes...)

Sr_Skyzos 14 enero, 2008 19:37  

Vagina Dentata.

¿Pues sabes lo que te digo? Que de las dos me quedo con Peggy Guggenheim, que vaya pieza también. Pero con esas gafas encantadoras...

la nena 14 enero, 2008 22:39  

Nunca me ha entrado por el ojo Tamara de Lempicka, y mira que en casa (la del sur) tengo una reproducción....

A ver si os vais planeando un chuecatown....

Shepperdsen 15 enero, 2008 01:22  

Ya sabe que le permito una copia de la Tamara en casa junto al Mucha. Por favor, en el baño no, que ahí irán la colección de estampas de Tom of Finland.

Sr_Skyzos 15 enero, 2008 08:45  

*La Nena: No íbamos a coincidir en todo... Chuecatown, chuecatown. Hay un proyecto, ya le avisaré con tiempo.

*Shepperdsen: Asín me gusta. Que donde yo vaya, van mi Mucha y lo que caiga de Lempicka.

Dan Davenport 15 enero, 2008 09:05  

Bueno, ya me has ahorrado hacer un post de Tamara de Lempicka, porque estaba en camino al tratarse de mi pintora (con A) favorita por excelencia. Hay un cuadro que me inquieta bastante por la sencilla razón que la modelo es clavada a una top-model que surgió en los años 90. Pero igualita, como si hubiese posado para la Lempicka. La coincidencia es increíble! Cuando tenga delante mi libro de Taschen te diré de qué cuadro se trata y también de qué top-model.

Sr_Skyzos 15 enero, 2008 09:10  

Me parece que tenemos los dos los mismos libros de Taschen de Mucha y de Lempicka. ¿Puede ser un cuadro donde salen dos chicas rubias, con unas caras muy infantiles?

Sr_Skyzos 15 enero, 2008 09:10  

Gracias por prestarme a su pintorA.

Dan Davenport 15 enero, 2008 10:55  

Pues creo que salía ella sola, y además es morena, pero te lo tengo que confirmar en cuanto llegue a mi casa. Yo también creo que nuestros libros de Mucha y Lempicka son los mismos (el Lempicka es más grande que el de Mucha).



Aeroguatutú, que se llama "aero" porque vuela, "gua" por que va por el agua y "tutú" porque, cuando rueda por la carretera, hace "tú...tú..."


Boy Lornsen.


{elaeroguatutu@hotmail.com}