Memorabilia (III): CANOMORI '06

Tercera y, hasta dentro de tres semanas, última entrega.

Este año sí que me pude meter desde el primer día en la organización y vivir todos los entresijos… Y lo que disfruta uno, con lo cotilla que es. El tema central fue la proliferación de “los chinos” (sean restaurantes, sean bazares –lo que antes era el “Todo A Cien”-, sean las tiendas 24 horas que te siguen vendiendo la litrona a escondidas), los “Mistelios de Oliente” y la evangelización de nuestra Beata, que, cual Mary Poppins de saldo, iba de punta a punta gracias a su sombrilla.

En la invitación de este año se especificaba como lugar de encuentro la puerta de la iglesia de Vistabella y etiqueta de vestimenta. Y la gente se volcó: geishas, samurais, kimonos, saris, trajes de karateka… Los primeros sorprendidos fuimos nosotros. Fue alucinante, porque que vayamos tuneados los miembros de la comisión es hasta lógico, pero lo del público… un auténtico regalo, ver que aunque nuestro grado de locura está a límite estratosféricos, no somos los únicos con la cabeza trastorná.


Desde el fondo de la plaza del barrio empezaron a oírse tambores, timbales y flautas… Apareciendo un comité de recepción de todo Oriente (con inclusión de representantes de la Polinesia) que acompañaban el recorrido de un dragón chino con bengalas… Dragón chino cuya cabeza comparte padre artístico con la efigie de Elisabeth Cano Mori.



Y ese comité de bienvenida dirigió el grueso (con perdón) a la entrada del patio de butacas, por una calle llena de baras de incienso y velas hasta una reproducción del mundo según Marco Polo. Pero para entrar al recinto quedaba un obstáculo: pasar la prueba de pureza en el templo de Buda (Fuensi, quién si no), custodiado por dos hare krishna. Al entrar al recinto, La Pastora de Dragones (White Baccara) y el que suscribe, íbamos dando a los espectadores un vaso de sangría y la bolsa con el kit de regalo –abanico personalizado con el logo del certamen, una bengala, el programa, la encuesta para el Premio del Público y el Canomori Session ’06-, y Meg y la Baccara Negra los acompañaban a los asientos numerados.


Esta vez, el patio de butacas estaba decorado con farolillos chinos, anuncios de películas de Bruce Lee y Jackie Chan y dos inmensos murales –obra de La Pastora de Dragones- que representaban escenas del kamasutra y viñetas japonesas. Se apagaron los focos y el cañón de luz se dirigió hacia el final. Detrás de los cortinajes del camerino apareció un trono dorado, transportado por dos bellos portadores que conducían a la Sra. Amparo (en su reencarnación como Princesa Rominagüer) al escenario. Comienza el espectáculo.


Espectáculo donde, entre risas y caras desencajadas con las fotos y vídeos a concurso, se sucedieron momentos estelares como la elección del Jurel de Oro (Isabel Preysler, la filipina más internacional), el nombramiento de Meg como Notaria para el Canomori ’07 y la reválida de las Baccara de Vistabella en su segundo año, ésta vez travestidas en azafatas de Canomori Airliness, que nos interpretaron su versión de “Puente a Mallorca”.

…Y yo cada vez con más ganas de celebrar esta edición que, si todo va bien, será la penúltima…

[Canción recomendada: Pascal Of Bollywood “La Vie En Rose”]