Al comienzo de una partida, te reparten unas cartas. Te dicen las instrucciones del juego. Cuándo tirar. Cuándo descartarse. Cuántas cartas puedes robar. A cuánto asciende la apuesta. Ya depende de ti dedicarte al cinquillo cuando el resto de la mesa hace un mus. Luego no te quejes cuando no te sigan el juego. Vivir contracorriente es duro.
[Canción recomendada: Red Hot Chilli Peppers “Under The Bridge”]
9 Aeroguatutadas:
A veces, abandonar una jugada es un gran acierto...
A mi no me gusta ir de farol.
Ordago a grandes.
Aunque duro pero es como mas se aprende.
Un millon.
también son de gran importancia las cartas que te tocan...
Al final todo tiene su recompensa o merece la pena, el que algo quiere, algo le cuesta...
Es duro, pero lo es aún más jugar a un juego que no va contigo. Algunos, no somos capaces.
Tremendo micropost.
*La Nena: No me van los faroles, que sí los faros. Y si hay que abandonar la mano, se hace sin tirarle las cartas a nadie a la cara.
*San: Se aprende cuando más ostias te da la vida. Lo que no puedes es quejarte en general si tú vas a tu bola y nadie te sigue el juego, ¿no?
*Sra. Amparo: Eso espero. Y es que el sentimiento de culpa y sacrificio judeocristiano caló muy hondo.
*Casiopea: Entonces hay que tener la dignidad de retirarse de esa partida, no echar en cara al resto de la mesa que ya no se le pasan buenas cartas.
*Fanmakimaki: Como la vida misma. Pero en clave. Y hasta aquí puedo leer. Si el/la/los/las interesado/a/os/as no lo pillan, dos males tienen.
Uy, creo que me perdí, me parece a mí que no tengo ni p.idea de lo que va esto al final :-)
Qué va, si eso es lo bueno, que cada uno lo interpreta a su manera.
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