Codicia/Avaricia (Latín, avaritia)
La codicia es, como la lujuria y la gula, un pecado de exceso. Sin embargo, la codicia (vista por la Iglesia) aplica sólo a la adquisición de riquezas en particular. Tomás de Aquino escribió que la codicia es "un pecado contra Dios, al igual que todos los pecados mortales, en lo que el hombre condena las cosas eternas por las cosas temporales." En el Purgatorio de Dante, los penitentes eran obligados a arrodillarse en una piedra y recitar los ejemplos de avaricia y sus virtudes opuestas. "Avaricia" es un término que describe muchos otros ejemplos de pecados. Estos incluyen deslealtad, traición deliberada, especialmente para el beneficio personal, como en el caso de dejarse sobornar. Búsqueda y acumulación de objetos, robo y asalto, especialmente con violencia, los engaños o la manipulación de la autoridad son todas acciones que pueden ser inspirados por la codicia.
La codicia es, como la lujuria y la gula, un pecado de exceso. Sin embargo, la codicia (vista por la Iglesia) aplica sólo a la adquisición de riquezas en particular. Tomás de Aquino escribió que la codicia es "un pecado contra Dios, al igual que todos los pecados mortales, en lo que el hombre condena las cosas eternas por las cosas temporales." En el Purgatorio de Dante, los penitentes eran obligados a arrodillarse en una piedra y recitar los ejemplos de avaricia y sus virtudes opuestas. "Avaricia" es un término que describe muchos otros ejemplos de pecados. Estos incluyen deslealtad, traición deliberada, especialmente para el beneficio personal, como en el caso de dejarse sobornar. Búsqueda y acumulación de objetos, robo y asalto, especialmente con violencia, los engaños o la manipulación de la autoridad son todas acciones que pueden ser inspirados por la codicia.
La virtud católica que es su contrapartida es la caridad, el hábito de dar y entender a los demás.
Su demonio particular es Mammon, representante de la avaricia material. Y el suplicio del infierno es ser sumergido en una marmita gigante con aceite hirviendo.
10 Aeroguatutadas:
Vale, ahora veo lo de tus pecados capitales... y por cierto, tira echando leches a ver los últimos comentarios que te he dejado en Rayos D y sabrás lo que ha pasado, anda...
Ya los he leído.
Cuanto Mammoonn hay por ahí, Sky...
Yo el primero, eh?
Ays, la avaricia no me ha molado porque no me veía asín, pero no tengo más remedio que plegarme...
Mamones somos muchos. Es lo que tiene tener el punto G en la garganta.
Hay mejores, la verdad; porque puestos a elegir, donde esté la lujuria, que se quite el resto.
Y ke suerte no ser nada envidioso ni avaricioso; da un descanso....
Hombre, lo que sí que te deja es la conciencia tranquila y no te quita el sueño.
Pa tonterías tengo yo el chichi ahora.
Este es unpecado que no entiendo muy bien. Si acumulas cosas pero no por el valor si no por un irrefrenable afan consumista...eres avaricioso? O simplemente somprador compulsivo?
Tampoco me aclaro yo mucho. Voy a llamar a San Agustín y Santo Tomás de Aquino a ver qué opinan ellos.
Muy buena la serie temática de pecados capitales.
Sólo una corrección: la virtud opuesta a la avaricia no es la generosidad, sino la caridad. ;P
¡Ooops! Gracias por el apunte, a corregirlo pero ya.
Y bienvenido por estos lares.
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