Aparcas como un gilipollas

Centro de la ciudad. Llegas tarde a donde sea que hayas quedado (café con Soyaya, comida –con perdón- de negocios o la cita con el maromo más impresionante del gaydar), das vueltas como un tonto intentando encontrar aparcamiento, pero ni con esas. De pronto ves un hueco, o algo que te lo parece, y te encuentras que un coche ha aparcado ocupando media zona. Que si éste, y el del al lado se hubieran echado un poquitín, el tuyo cabría de sobra. Sigues en “modo peonza” y te acercas a otra calle. Lo intentas, pero en un miniespacio con lo que no puedes abrir la puerta del coche, y te tienes que quedar dentro de él hasta que se patente el teletransporte. Nada. Reculas, y vuelves a la circulación.

Harto ya de todo esto, entras a un parking que tiene el cartelito verde de “plazas libres”… ¡Y un huevo! Es que el todo terreno de un subnormal ocupa dos plazas y media… Soyaya está ya que se tira de los pelos, esa gran transacción que esperabas se ha ido al carajo, y el polvo del siglo te manda un mensaje diciendo que te la menees.

En ese momento te debates entre estrellarte contra el todoterreno (total, si te van a cobrar el parking: aparca encima de él), sacar la llave inglesa y romperle las lunas a todos los coches, en un ataque de ira incontrolado… o ir la próxima vez andando.

Siempre hay una tercera vía, que a mí me ha hecho gracia y por lo menos te quedas descansando:

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Dejar una nota explicativa, cargada de humor y mala leche. Que no consigues nada. Bueno, salvar los cristales del coche en cuestión, descargas un poco de bilis y siempre es más elegante que rayarle la carrocería con un clavo... Lo mismo la próxima vez hasta el gilipollas se lo piensa.


http://www.youparklikeanasshole.com/


[Canción recomendada: Tracy Chapman “Fast Car”]