El poder de la situación (y II): La prisión de Stanford




Generalmente, las normas sociales son vistas como formas aceptadas de comportamiento y pensamiento que nos permiten interactuar con otros. Aprendemos qué decir y qué no decir, cómo actuar hacia otros en formas que los demás puedan comprender, responder y encontrar aceptable. Sin embargo, las normas varían en diversas situaciones y con diferentes personas. Cambian dependiendo de las circunstancias en las que nos encontramos y de quién esté presente (p. ej., no voy a rascarme el culo delante de mis suegros a pesar de que me pique en ese momento...)


El experimento de la prisión de Stanford demuestra lo rápidamente que las personas pueden cambiar de rol y adoptar una situación socialmente compartida por la mayoría. Zimbardo, catedrático de Psicología de la Universidad de Stanford, estaba interesado en identificar los factores que llevaban a las prisiones a ser lugares violentos y degradados. Simuló un entorno de prisión en los sótanos del Departamento de Psicología y reclutó voluntarios para participar en un estudio de la vida en prisión. Doce jóvenes fueron asignados al azar al papel de prisioneros; a los otros doce se les asignó el papel de guardianes.

Aunque Zimbardo pretendía que el experimento durara dos semanas, tuvo que abandonar tras sólo cinco días. Los guardas, que utilizaban uniforme, se revistieron de símbolos agresivos (botas altas, cinturones gruesos con gordas hebillas metálicas, distintivos, gafas de sol negras…) y desarrollaron actitudes autoritarias, caprichosas y humillantes hacia sus compañeros que representaban el papel de presos (a los que se les dio un batín blanco, un par de sandalias de plástico, se les recogió el pelo en una redecilla y se les ató una cadena a la pierna, para que siempre tuvieran constancia de estar encarcelados.) Estos, por el contrario desarrollaron una caída radical de autoestima, depresión y un gran número de síntomas psicosomáticos. Pasados muchos años, cuando aquellos estudiantes ya eran personas maduras, les citaron nuevamente. Tanto unos como otros mantenían todavía secuelas de comportamiento y psíquicas de rol de aquella experiencia.



La comunidad psicológica internacional ha prohibido que se hagan experimentos de esta clase, tanto el de Milgram como el de Zimbardo. El problema es que en nuestro mundo se dan diariamente estas situaciones, reales 100 %...


[Canción recomendada: Skin “Faithfulness” ]

13 Aeroguatutadas:

Anónimo 13 diciembre, 2006 23:30  

Entonces, lo de Guantanamo es como un experimento prohibido.........

Sr_Skyzos 13 diciembre, 2006 23:35  

Se podría ver así, sí señor. Se han llevado a Zimbardo allí para que imparta clases magistrales.

Burnout. 14 diciembre, 2006 09:13  

Yo estuve en un internado durante 4 años y aún me levanto como un resorte y me cuadro al borde de la cama cuando suena el despertador... Luego me despierto un poco más y ya se me pasa, pero la reacción al pito del profesor del internado, te aseguro qeu NO se me ha olvidado... Con eso lo digo todo.

Burnout. 14 diciembre, 2006 11:53  

Por cierto; Lo del PITO del profesor me refiero al instrumento estridente musicalmente reconocido, no a LO OTRO, malpensaos!

Sr_Skyzos 14 diciembre, 2006 11:59  

...Ummm... Ya no dejas ni hacer chistes malos a tu costa...

Acción-reacción, como el perro de Paulov. Al final no somos tan diferentes.

Anónimo 14 diciembre, 2006 12:04  

Precisamente te iba a comentar lo de la cárcel de Stanford en tu anterior post. Muy interesante el tema. El experimento de Zimbardo no puede utilizarse para explicar casos reales (Guantánamo, Abu Ghraib) ni generalizar, entre otras cosas porque no cumple ningún criterio científico y la muestra era pequeña y homogénea. Creo que no hay que sobrestimar el papel de la situación en el comportamiento, pero abrir la posibilidad de culpar a la situación es muy peligrosa. "Lo hice porque me lo ordenaron" "Allí todo es diferente", no vale. Hay una relación muy estrecha entre el poder y la responsabilidad, y, mientras que asumimos de muy buen grado el primero, pasamos a otros muy rápidamente la segunda.

Anónimo 14 diciembre, 2006 12:07  

Kiero decir algo interesante y no puedo, no puedo ¡¡¡ Cambie usted la foto de una vez!!!

Sr_Skyzos 14 diciembre, 2006 12:24  

*Cayetana Altovoltaje: La voy a contratar para que le dé una charla a los descerebrados que tengo por compañeros de clase. Bueno, descerebrados-descerebrados, todos no. Alguno parece que piensa, aunque sea poco.

Siempre es más fácil culpar lo que hacemos al entorno, al carácter o a la forma de ser. Pero es que si vamos por ésa línea, todo es excusable. Créeme, había también ejemplos positivos de cómo influye la situación en el comportamiento de las personas, pero es que estos dos experimentos eran bastante peliagudos.

*MM: Jajajajajaja... para eso lo hago, para que nos regalemos la vista. Y no te pierdas las fotos de la página oficial/oficiosa de Naveen Andrews (Google te quiere ayudar.)

Burnout. 14 diciembre, 2006 15:52  

Pues... hala, echale ingenio que pa chistes malos ya tenemos a cruz y raya...
Bueno, que es un tema interesantísimo, precisamente por este tipo de maltratos los psicólogos y pediatras se empeñan en que los niños no reciban presiones ni castigos en su educación, que sólo hay que darles refuerzos positivos, que los negativos originan violencia... pues yo veo que esa nueva educación está originando descerebrados y violentos, es decir, todo lo contrario que proponen. me tengo que hacer algún post de educacion infantil...
Un saludo

Unknown 14 diciembre, 2006 16:25  

"Obediencia debida" se llama eso, y ya no es eximente, desde hace mucho tiempo, en nuestro ordenamiento juridico, para ordenes que van claramente en contra del ordenamiento jurídico. Es decir, tome el congreso porque se lo mando yo, no vale ...

Sr_Skyzos 14 diciembre, 2006 17:11  

*Necroscopio: Le voy a pedir a los Reyes un cerebro nuevo, que éste ya está algo desgastado y los chistes que tiene son muy manidos.

Creo que hemos pasado en unos 15-30 años de un extremo a otro del expectro, de castigar por cualquier tontería a los niños a no reñirles no vaya a ser que desarrollen algún trauma. Y luego se sorprenden del éxito de "Supernanny". A mí lo que me sorprende es que haya tenido que emitirse un programa así.

*Odysseus: Buen apunte jurídico. Ahora hay que tener los cojones suficientes para poner en entredicho las órdenes de la autoridad competente...

Dan Davenport 15 diciembre, 2006 09:57  

Súper interesante. Esto es lo mismo que cuando entras a un bar de ambiente y vas predispuesto a ligar y a exhibirte cual mercado de carne. O como cuando vas por la calle Jabonerías sintiéndote súper inferior a las putas ricas que compran allí como quien compra en el Primark... Muy curioso cómo podemos comportarnos según el entorno o las personas. Es muy importante no olvidar quién es uno mismo porque yo odio eso de sentir como si me robaran la personalidad y evito esas circunstancias dentro de lo posible.

Sr_Skyzos 15 diciembre, 2006 10:05  

Jooo, te ha quedado super-mensaje-de-buena-esperanza-navideño...



Aeroguatutú, que se llama "aero" porque vuela, "gua" por que va por el agua y "tutú" porque, cuando rueda por la carretera, hace "tú...tú..."


Boy Lornsen.


{elaeroguatutu@hotmail.com}